¡Sorpresa!
Al fin subo, ¡AL FIN! Siento haber tardado casi tres meses... Entre unas cosas y otras, nada, ¡no había tiempo ni inspiración! Pero al final lo tengo, ¡y estoy muy orgullosa de él! Se descubren bastantes cosas que yo quería contar de hacía tiempo... ¡Y que me emocionan mucho! (No digo que a vosotros os tiene que emocionar por la fuerza... ¡Cada uno es como es!).
ANTES DE NADA, QUIERO AGRADECER A SMILE HAPPY Y *KURONEKO*, QUE ESTÁN LEYENDO LA HISTORIA ACTUALMENTE DESDE EL PRINCIPIO. MUCHAS GRACIAS, DE VERDAD, ADMIRO QUE HAGÁIS ESO. OS RESPONDERÉ A ALGÚN COMENTARIO PORQUE SI NO ME SABRÁ MAL (no quería líos, pero será mejor, para que veáis que de verdad os leo). Y A ANYI TAMBIÉN, QUE SIGUE AVANZANDO POCO A POCO. <3
Por si acaso después de tanto tiempo se os ha olvidado cómo va la cosa, cuento un poco por dónde se había quedado el anterior capítulo:
Crad y Melissa habían sido arrestados por los guerreros de Gouverón, después de conocer a un brujo que decía que su deber era llevarse a Melissa. Inya le planta un beso a Koren en un callejón de Rihem y luego huye avergonzada. Syna se ofrece a entrenar a Gabrielle. ¡Además Koren, Inya, Syna y Gabrielle deben coger el mismo barco hacia Digrin en unos días!
Otra cosita (y ya está, es la última). Se me ha hecho un poco largo este capítulo (11 páginas o así es el que tiene el colgado aquí). Tanto que lo he partido en dos capítulos distintos, así que ahora la historia tiene un capítulo más de lo pensado. Pondré los capítulos que faltan para que se termine la historia en la barra derecha del blog. (¡YA CASI TERMINO! *-*).
Arrivederci! ¡Gracias por leer!
Habían
pasado varios días durante los cuales Melissa y Crad habían estado
recluidos en aquel carro que no cesaba de moverse de un lado a otro,
con la cabeza cubierta y manos y pies atados.
Hasta
que llegó el día en que el carro se detuvo y, tras desatarles la
cuerda de sus tobillos, los cogieron y los hicieron salir de allí,
haciéndolos caminar a ciegas. Los sujetaban fuerte para que no
pudieran escapar, y por si acaso colocaban la punta de la espada en
sus espaldas, por si a alguno se le ocurría defenderse. Los jóvenes
sintieron que entraban en una casa, o algo por el estilo. Tras
caminar un rato, bajaron unas largas escaleras que no paraban de
girar sobre sí mismas, como unas escaleras de caracol, que los
llevaron a un lugar frío, húmedo y con un hedor en el ambiente casi
insoportable.
—¡No
quedan celdas libres! —gritó alguien en la lengua de Gouverón, y
que solo entendió Crad.
—¡Pues
que compartan celda! —bramó otro, el que sujetaba a Melissa.
—Pero
en distintas, que si no nuestro Señor podría enfadarse —comentó
otro.
—¡Pues
con presos diferentes! ¡Vamos! —ordenó un cuarto.
Así,
tras caminar por distintos pasillos por los que se oían lamentos,
gritos y golpes, el que sujetaba a Melissa se detuvo. Esta oyó
tintineo de llaves y cómo se abría una puerta, pero no dejó de
sentir la espada rozando su camisa, así que decidió no moverse.
Otra celda se abrió detrás suyo, y algo cayó al suelo con un gran
estruendo.
De
repente, el que sujetaba a Melissa la zarandeó con brutalidad y la
empujó hacia el interior de la celda que previamente había abierto.
Luego la puerta se volvió a cerrar y las llaves dieron varias
vueltas en la cerradura. Melissa seguía llevando el saco en la
cabeza, pero una vez liberada del guardia, se lo quitó agitando la
cabeza con energía. Tampoco sintió mucha diferencia, pues la celda
estaba completamente oscura, y solo entraba luz desde un pequeño
ventanuco en la parte posterior de una de las paredes, y de la
pequeña rejilla que había en la puerta.
—¡Demonios!
—chilló, frustrada, dándole una patada a la puerta de hierro.
Se
hizo daño a causa de la dureza de esta, pero no se quejó. De hecho,
gracias a la adrenalina que tenía en el cuerpo, no lo sintió casi.
Pero el dolor de la angustia sí lo notaba. Se encontraba encerrada
en un sitio demasiado pequeño, sin ninguna posibilidad aparente de
salir, ni siquiera cavando, pues el suelo resultaba ser de piedra
también.
La
claustrofobia volvió a afectarle. Con desesperación, intentó
separar las manos para romper las cuerdas. Pero lo único que
consiguió fue que se le enrojecieran las muñecas y le dolieran.
Entonces apoyó la espalda contra la pared de piedra y tanteó con
las manos para buscar algún saliente donde pudiera frotar su cuerda
y romperla. Lo encontró, y empezó a frotar. Estuvo mucho rato así,
hasta que al final la cuerda cayó al suelo y sus muñecas doloridas
quedaron libres. Las movió, haciendo círculos en el aire. Las
sentía dormidas. De repente suspiró, nerviosa, y se arrastró hacia
la puerta a gatas. Se sentó allí, muy pegada al frío hierro.
Quería sentirse lo más cerca posible de la salida, para al menos
calmar un tanto su fobia.
—Si
te pones ahí, cuando abran la puerta te van a aplastar —dijo
súbitamente una voz femenina en la oscuridad—. Son muy brutos.
Melissa
se alertó y escudriñó cada rincón del cubículo con la mirada,
hasta que distinguió un bulto en las sombras que parecía respirar
con cierta dificultad. No se había percatado de él hasta entonces.
Por suerte para ella, le había hablado en español.
—¿Quién
eres? —preguntó, asustada y curiosa al mismo tiempo.
La
escasa luz que entraba desde el ventanuco permitió distinguir cierta
sonrisa en el rostro de la figura.
—¿Qué
importa eso ya?
Melissa
frunció el ceño. La respuesta le había parecido extraña, y se
preguntó si aquella persona llevaba allí mucho tiempo y el encierro
la había llevado a enloquecer.
Intentó
enfocar la vista y descubrir algún rasgo de la mujer. Le incomodaba
hablarle a alguien que no lograba ver. Le pareció atisbar que sus
vestiduras estaban incompletas; eran simples jirones sucios. Cuando
la figura se removió un poco —quizá para colocarse en una mejor
posición—, se oyeron el roce de unas cadenas, lo que hizo que
Melissa se diera cuenta de que tenía un grillete en el pie, del cual
salía una cadena que nacía en la pared de piedra.
Ninguna
de las dos habló durante un buen rato. Melissa no supo qué
responder, y la otra mujer no añadió nada más. El silencio perduró
hasta que una débil luz azulada comenzó a tintinear en el pecho de
Melissa. Esta, asustada, miró hacia ella, la cogió y la estudió.
Se trataba de la piedra azul de su colgante. Lanzaba leves destellos
en unos intervalos de tiempo irregulares. Parecía vibrar, y cada vez
con más intensidad. Así, con cada resplandor, la celda se tornaba
mucho más clara, y en esos momentos Melissa pudo observar a la mujer
y descubrir que tenía heridas por todo el cuerpo. Su cabello castaño
oscuro tenía diversas calvas esparcidas aleatoriamente y sus ojos
eran verdes. Esta última característica fue la que más le costó
vislumbrar, pero lo que sí que vio enseguida fue su demacrado
rostro, desfigurado por una expresión de sorpresa. Sus mejillas
estaban hacia dentro, y sus labios eran una simple línea morada y
llena de cortes. Además, parecía que sus ojos fueran a salirse de
sus cuencas en cualquier momento. Una visión espeluznante.
Súbitamente,
la piedra lanzó un destello cegador que obligó a Melissa a cerrar
los ojos con fuerza, e incluso estuvo a punto de arrancarse el
colgante y tirarlo al otro lado de la habitación. Pero luego fue
disminuyendo, al mismo tiempo que se oía un gemido al otro lado de
la puerta y pequeños pasos descalzos que se alejaban corriendo.
—¿Por
qué tienes tú eso? —saltó la mujer de repente.
—¿La
piedra? La tengo desde siempre —respondió Melissa, sobresaltada
ante la ansiedad que la mujer mostraba.
—No
lo entiendo... —murmuró esta—. ¿No recuerdas cómo llegó a ti?
—No...
—musitó, algo confusa por el reciente interés en ella.
—Bueno,
da igual. Dámela ahora mismo.
Melissa
se la quedó mirando con el ceño fruncido.
—¿Por
qué debería dártela? —preguntó, comenzando a ponerse nerviosa
ante la idea. Aquel colgante se había convertido en algo muy
personal para ella.
—Porque
esa piedra no es tuya. Pertenece a otra persona, así que, por el
bien de Anielle, es mejor que me la des para que yo pueda
entregársela a su verdadera propietaria. Quién sabe lo que podría
ocurrir si eso cae en malas manos...
—¿Y
por qué debería creerte? —alzó la voz—. He llevado este
colgante toda mi vida, y no quiero perderlo así como así. Si de
verdad fuera de otra persona, ya han pasado dieciséis años o quizá
algo menos. No pienso entregártelo
—No
conoces el poder que tienes en tus manos —replicó la mujer—. Por
culpa de esa piedra, murieron muchos... —Se
atascó suprimiendo la palabra—. Si sigues siendo tan
imprudente llevándola siempre a la vista de todos y tratándola como
si fuera una simple piedra, tanto tú como los supervivientes van a
sufrir de nuevo.
—¿Los
supervivientes? ¿A quiénes te refieres?
La
mujer suspiró.
—Tú
no eres de Anielle. Viniste de la Tierra, ¿verdad?
Aquello
dejó a Melissa estupefacta.
—¿Cómo
lo sabes? —susurró.
—Por
tu forma de hablar y actuar. Además de que has dicho que han pasado
dieciséis años desde que tienes el colgante, y no sería posible,
porque el colgante se perdió hace unos siete años. Eso es una gran
pista de que has estado viviendo en la Tierra, pues allí el tiempo
pasa mucho más rápido que en Anielle. Y por último, tu acento.
Tienes un acento que me recuerda mucho al de allí.
—¿Tú
eres de la Tierra?
La
mujer rió débilmente, y por ello tuvo que tomar mucho aire después.
Parecía muy débil, y Melissa lamentaba que podría no quedarle
mucho tiempo de vida.
—En
absoluto. Nunca he pisado ese mundo. Pero muchos brujos sí.
—¡¿Brujos?!
—se sorprendió Melissa.
La
mujer abrió los ojos como platos, lo que proporcionó otra visión
terrorífica. Miró a Melissa con ellos, y esta se estremeció
entera.
—No
debería haberlo dicho.
—No
entiendo... —siguió hablando Melissa, ignorándola—. ¿Quieres
decir que en la Tierra hay brujos que vienen de aquí?
Hubo
unos segundos de silencio, hasta que la mujer suspiró.
—Creo
que será mejor que te lo explique. Teniendo tú la piedra, no hay
peligro de que nos escuche uno de ellos. —Se aclaró la garganta y
prosiguió—: ¿Sabes algo de la Batalla de los Brujos?
—No.
—Fue
una guerra que empezó casi cuando yo nací. Los antiguos reyes
quisieron eliminar a todos los brujos de Anielle, viéndose
amenazados por su gran poder. Así, los brujos fueron perseguidos y
ejecutados, por lo que tuvieron que esconderse. Años y años
investigando nuevos lugares donde hacerlo, descubrieron la Tierra.
Pero quisieron utilizarla lo menos posible, pues sabían que no
podían adaptarse a ese mundo así como así, y sabían que podrían
causar daños en él. —Tosió de repente, interrumpiéndose.
Después de aclararse de nuevo la garganta, siguió relatando—: Por
aquel entonces yo era una joven adolescente que conoció a un brujo.
Gracias a él supe todo sobre ellos, e incluso me llegué a sentir
como una de ellos. Pero no lo era en absoluto. —Volvió a callar,
reprimiendo notablemente un sollozo—. Pero eso no viene a cuento.
El caso es que los reyes mandaron crear dos objetos mágicos
utilizando una piedra especial de las montañas del reino de
Herielle, que rehusaba a los brujos. Uno de los objetos era la Piedra
Rastreadora, que es la que tienes tú. Detectaba a los brujos, por lo
que los soldados lo tuvieron fácil para localizarlos, aunque muchos
de ellos también murieron por los ataques de los brujos. Por otro
lado, la Daga Mortal, una daga que, al estar hecha con el mineral que
recluía la sangre bruja, los hacía sufrir al mínimo roce. Pero
claro, los brujos, cuando están muy cerca de esos dos objetos,
aunque no lleguen a tocarlos, también sufren, como has podido
comprobar con el que ha pasado por aquí hace unos momentos.
—Espera,
espera —saltó Melissa de repente—. La piedra se ha iluminado
porque ha venido un brujo. Un superviviente como has dicho tú.
—Sí
—asintió la mujer—. Pocos sobrevivieron, y alguno de ellos
fueron arrestados para intentar extraer su poder. Obviamente no
surtió efecto, y al cabo del tiempo murieron por los duros
tratamientos a los que les habían sometido o porque los sacrificaban
directamente. —Se quedó en silencio, pensativa—. Bueno... en
realidad uno huyó, con secuelas como la ceguera... pero espero que
haya sobrevivido —susurró.
—Pero...
—Melissa tenía la mente en el hecho que acababa de ocurrir—.
Entonces, ¿aquí ha venido un brujo?
—Sí,
posiblemente sea de Gouverón. Tú piensa que él solo quiere poder,
y un brujo tiene mucho. Podría haber adiestrado a uno desde pequeño
para que le sirviera.
—¿Y
cuándo y por qué se perdió la piedra? —preguntó, cada vez más
curiosa por la historia. Aquello era bueno, pues se estaba
entreteniendo y cada vez se olvidaba más de que se encontraba
encerrada en una celda.
—Se
perdió en cuanto Gouverón usurpó el trono a su primo, el rey. Los
reyes de por aquel entonces quisieron ayudar al único hijo que
habían conseguido tener, por lo que le dieron la piedra para
protegerlo, y lo escondieron, no sé cómo ni dónde. Se dice que una
criada se lo llevó consigo y lo escondió.
—Entonces
el hijo de los reyes todavía andará suelto por ahí... ¿Pero por
qué tengo yo la piedra?
—Esa
es la cuestión. Pero te equivocas en lo de que el heredero está
libre. Para empezar, se trata de una chica, y no un varón como todo
el mundo cree Y la encontraron hace tres años, cuando ella tenía
cuatro. La encerraron aquí abajo, muy cerca de esta celda.
Melissa
se quedó pensando unos segundos. Una corazonada le hizo hablar:
—¿Está
en la celda de al lado? —preguntó en un susurro.
—Era
fácil de adivinar —dijo la mujer solamente.
Recordó
el momento en el que la habían encerrado allí. Justo antes había
oído que la puerta de al lado se abría y tiraban allí a Crad.
—¿Es
la de mi izquierda?
—Sí.
Y
entonces descubrió que Crad estaba compartiendo prisión con la
mismísima heredera legítima. Y que seguramente él no lo sabía.
De
repente, se oyó la risa de una niña.
*
* *
Había
conseguido deshacerse de las cuerdas que le ataban las manos con
facilidad, sin alterarse en ningún momento. Según lo que había
oído, no había habido nadie que hubiera salido de allí nunca. Por
mucho que le doliera, debía aceptarlo cuanto antes posible.
Lamentablemente,
Crad no se rendía así de fácil, y su cabeza llevaba ya mucho rato
cavilando numerosos planes de huida, cuando una voz lo interrumpió.
—Eres
mono.
Crad
se sobresaltó y giró la cabeza hacia la voz. Allí descubrió una
pequeña figura con los brazos en alto y sujetos por unas cadenas. La
luz que entraba por el ventanuco permitía distinguir un largo y
alterado pelo rubio y un pequeño rostro aniñado. Y por lo que
pareció averiguar, ningún tipo de ropa cubría su cuerpo infantil.
La niña estaba completamente desnuda.
—¿Qué
hace aquí una niña tan pequeña como tú? —preguntó Crad,
sorprendido.
—No
lo recuerdo —respondió esta—. Estaba jugando cuando me trajeron
aquí.
—¿Y
cuándo fue eso?
—No
lo recuerdo.
Crad
suspiró, apenado por aquella pobre chiquilla. Porque no podía estar
en la calle, con otros niños de su edad. No entendía qué había
podido hacer alguien de su edad para estar allí. Además le hablaba
en la lengua de Gouverón, pero lo hacía con mucha torpeza, como si
no la hubiera aprendido bien.
—¿Cuántos
años tienes? —le preguntó, para saber algo más de ella.
—No
lo sé.
Decidió
no hacerle más preguntas. Le recordaba a Cede, y aquello le dolía,
pues lamentaba que no pudiera verla más. Cansado de estar de pie, se
sentó en el suelo, apoyando la espalda en la pared, aunque
manteniendo una distancia considerable entre la niña y él. Sentía
que esta lo miraba, pero no dijo nada.
—Eres
mono —repitió la pequeña.
Eso
hizo sonreír a Crad, aunque lo hizo más por compasión que por el
orgullo de recibir un piropo.
—Tú
también lo eres —dijo.
—Me
gustaría mirar mi cara. No sé cómo soy.
—Yo
te lo digo: eres preciosa. Como una princesa.
Crad
quería hacer algo por aquella niña. Se sentía tan mal por ella que
decidió intentar animarla. Y lo consiguió, porque la niña sonrió
enseguida.
—Cuando
sea reina, ¿podrás ser mi rey? —saltó de repente.
El
joven se sorprendió de lo que acababa de pedirle. Lo había dicho
con seguridad, muy convencida. Creyó que estaba jugando, así que
volvió a sonreír.
—¡Por
supuesto que seré el rey de una reina tan bonita como tú! —exclamó.
—Pero
soy pequeña.
—¿Y
qué? —saltó Crad, con una emoción que iba intensificándose a
medida que hablaba. El querer animarla a ella, había hecho que él
retrocediera a la infancia, y se sentía como un niño pequeño, lo
que le hacía olvidar la situación en la que se encontraba—. Te
cogeré en brazos, puedo cargarte.
—¿Seguro?
—preguntó la niña, fingiendo que no estaba del todo convencida.
—¿Estas
menospreciando mi fuerza? Oh, pero si estoy muy fuerte, mira, mira
—decía mientras exhibía sus bíceps de forma teatral.
La
niña reía, divertida. Crad la observaba reír con una sonrisa.
Hasta que de repente su carcajada se interrumpió con un estornudo.
—¿Tienes
frío? —preguntó Crad, preocupado.
—Sí...
—susurró—. Me quitaron la ropa porque descubrieron que hablaba
con la mujer de al lado.
Aquello
indignó a Crad. No comprendía cómo podían robarle la niñez a
alguien de una forma tan cruel. Rápidamente y sin pensárselo, se
quitó la camisa y caminó hasta la niña. No había forma de
ponérsela bien, pues las cadenas lo impedían. Al final abrochó los
botones de la camisa alrededor de su cuerpo. La camisa le iba grande
y le caía, por lo que pasó las mangas por su espalda y rodeó
varias veces el torso de la niña con ellas, hasta que no pudo más y
le hizo un nudo.
—No
abrigará mucho, pero no puedo hacer más, a no ser que me quite los
pantalones —dijo.
—Estoy
bien —sonrió la niña—. Gracias. —Se quedó mirando el cabello
de Crad un buen rato—. ¿Puedes poner la cabeza en mi mano?
Al
principio a Crad le extrañó, pero al final lo hizo. La mano de la
niña acarició su pelo con dulzura y mucho cuidado, como si temiera
hacerle daño.
—Es
suave.
Crad
rió levemente.
—Pues
hace mucho que no pasa ningún peine por él —dijo.
—Por
el mío tampoco.
Crad
colocó su rostro frente al de ella, y pasó una mano por su pequeña
cabeza, acariciándola. Ninguno de los dos dijo nada, simplemente se
miraban en la oscuridad.
—¿Qué
haces? —preguntó la niña de repente—. ¿Qué es eso?
—Es
una caricia —explicó.
—Caricia...
—repitió, asintiendo—. Me gusta mucho.
El
chico volvió a sonreír, y al cabo de un rato se sentó a su lado,
apoyando la espalda en la pared, encogiendo las rodillas y colocando
los brazos sobre ellas. La niña no dejaba de mirarlo.
—¿Qué
pasa? —preguntó Crad.
Entonces
la niña bajó la cabeza y se quedó con la vista fija en el suelo,
pensativa.
—Hace
mucho tiempo que ninguna persona ha estado tan cerca de mí —habló
tras unos segundos de silencio—. Hace mucho tiempo que no siento el
calor de otro cuerpo junto a mí, alguien a quien pudiera mirar a los
ojos. Muchos dicen que se acaban acostumbrando a esta situación,
pero yo creo que no es así. Una persona no se puede acostumbrar a
algo así, simplemente lo asume, se hace a la idea y hace acoplo de
fuerzas para vivir con ello. Y así, el tiempo deja de tener el mismo
significado que para aquellos que están libres, ajenos a todo esto.
Prácticamente el tiempo deja de existir, y los días terminan por
desaparecer. Lo único que cuentas es las veces que te dan de comer.
Es lo único que debes tener en cuenta, pues puedes dormir cada vez
que tengas sueño. Pero no quiero explicar mi vida a alguien que
acaba de llegar, pues es muy aburrido. ¿Aunque quién soy yo para
hablar de aburrimiento? A mí ya no me quedan emociones,
sentimientos. O al menos eso creía. —Volvió de nuevo al cabeza
hacia Crad, quien la observaba boquiabierto—. Gracias a tu llegada
lo he comprendido. He comprendido que los sentimientos no
desaparecen, que no hay nadie, como se dice, frío. Todos quieren
sentir, pero no todos pueden. Es una pena que mucha gente no se dé
cuenta de ello. Pero antes de que se me olvide, me gustaría pedirte
un favor. Estoy segura de que tú escaparás de aquí, así que, por
favor, olvídate de este lugar. No lo recuerdes, ni a él ni a mí.
Sigue tu vida y tus metas. Que nada de este lugar te nuble. Que nada
de esto te impida ser humano. Antes de morir, vive. Antes de matar,
piensa. Antes de llorar, sonríe. Aprovecha cada minuto y cada
oportunidad que la vida te dé, y no te cierres en un caparazón de
frialdad y seriedad. Sé quién eres, y sé que has sufrido y
reclamas venganza. Sé que te has entregado completamente en la
guerra. Tú sabes que estás sacrificando tu vida por aquellas que un
día expiraron ante tus ojos. Eso no está bien. Lo sabes, pero no lo
reconoces. ¡Yo te lo digo! Agradécele al mundo lo que la vida te ha
dado. Convierte tus pesadillas en lecciones, sueños en realidad. Así
te harás feliz a ti mismo y a los de tu alrededor. Y a mí,
sobretodo a mí. ¿Que por qué? —sonrió—. Porque tú me
salvaste del hambre, y yo intento salvar tu vida para devolverte el
favor. Gracias, chico de la leche.
Después
de oír aquello, reinó un pesado silencio. Ambos se miraban. Los
ojos de Crad brillaban. Había comprendido en el último momento
quién era esa niña. "Chico de la leche" había dicho.
¿Cómo podía acordarse ella de eso si había ocurrido cuando era
todavía un bebé?
Sí,
por aquel entonces Crad vivía en Rihem, y Gouverón acababa de tomar
el trono apenas un mes atrás. Él tendría diez años, y aún
quedaba un año entero para que la catástrofe del incendio
ocurriese. El Crad de entonces bajaba a comprar leche cuando, en la
puerta de la tienda de la lechera expulsaban a patadas a una familia
con dos bebés, los cuales lloraban. La gente pasaba junto a ellos
sin hacerles caso, pero Crad sí se fijó. Dubitativo, entró en la
tienda y saludó con una simple inclinación de cabeza a la lechera,
una mujer entradita en carnes que siempre iba con vestidos de colores
vistosos. Le entregó el dinero exacto que su madre le había dado
para leche suficiente durante cuatro días para él, su hermana y sus
padres. Al salir, Crad se paró en medio de la calle y volvió la
cabeza hacia los llantos de los bebés. Tras habérselo pensado un
rato, se dirigió hacia la familia, jarra de leche en mano. La dejó
frente a ellos, con timidez y mirando al suelo. La familia se lo
agradeció eternamente, y aquel día los bebés pudieron beber leche
y calmar su hambre. La mujer, entre lágrimas de emoción, le juró
que jamás olvidaría aquello, y pidió a los dioses felicidad eterna
para un corazón tan bondadoso como el de aquel muchacho. Así,
aquellos cuatro días, Crad prescindió de su ración de leche,
aunque su madre se ofreció a darle su parte. Pero él lo rechazó,
explicando que quería hacerse responsable de su acción, porque si
no, no sería justo.
—¿Cómo
sabes que yo era ese chico? —preguntó Crad, con los ojos abiertos
como platos.
—No
lo sabía con seguridad —admitió la niña—. Mi madre nos habló
de ti como un héroe de cuento a mi hermana y a mí cada noche. Al
verte entrar aquí me recordaste al chico, pero, sinceramente, no
creía que lo fueras. A veces vale la pena arriesgarse. Puedes salir
ganando.
Aquello
dejó aún más asombrado al joven. Al principio había visto a la
niña como alguien inocente y débil, como el resto de niños de su
edad. Pero en aquel momento todo era distinto. No aparentaba los años
que tenía. Parecía más grande y sabia. O quizá la esperanza la
hacía volverse así. Eso le hizo ver que la situación en la que la
niña vivía le había obligado a enterrar su infancia antes de hora.
La mayor desgracia para una persona.
*
* *
La
hoja de la espada silbó en el aire, describiendo un arco perfecto.
Aunque ese movimiento pretendía ser elegante y amenazante al mismo
tiempo, los brazos de la joven aún temblaban por la falta de
costumbre de manejar armas de ese peso. Había progresado mucho desde
que Syna la había empezado a entrenar, pero aunque los brazos de
Gabrielle eran fuertes por los trabajos que había tenido que hacer
toda su vida, no estaba acostumbrada a manejar una espada de verdad.
—A
tu derecha, ataque desde arriba —indicaba Syna, sentada en la raíz
de un árbol.
Gabrielle
giró rápidamente su cuerpo y colocó su espada en horizontal sobre
su cabeza, como si quisiera detener un ataque. Pero allí no había
nada. Syna lo único que hacía era imaginarse gente para entrenar a
la muchacha, puesto que no tenían más espadas.
—A
tu espalda, ataque hacia tu estómago.
La
alumna repitió el giro de nuevo y colocó el arma frente a ella.
—Ataca
hacia la derecha e izquierda consecutivamente.
Gabrielle
fue veloz como el viento, y por un momento Syna vio a su propio
reflejo en ella. La forma en la que puso las piernas, la expresión
de la cara y el movimiento se asemejaron tanto a su forma de luchar,
que se sorprendió. El efecto con el que movió la espada, el giro...
Todo. Pero el fenómeno solo ocurrió durante unos instantes.
—A
tu espalda dos, atacan uno detrás de otro a tu estómago.
Siguió
sus indicaciones, y esta vez Syna pudo comprobar que lo anterior
había sido una simple inspiración de la joven, o quizá una
imaginación suya.
Gabrielle
se quedó de espaldas a ella. Realizó dos estocadas seguidas hacia
dos cuerpos imaginarios que la atacaban de frente. Al terminar,
esperó con ansias la orden de Syna, pero lo único que sintió fue
un pinchazo en la espalda.
—Estás
muerta —se oyó la voz de Syna muy cerca de su oído.
La
joven se dio la vuelta lentamente y observó a su mentora con el ceño
fruncido. Ésta tenía un palo en la mano, con el cual le había
tocado la espalda.
—Pero...
—murmuró, consternada—. ¡Eso no vale! ¡Yo esperaba a que me
dijeras algo!
Syna
bajó el brazo y tiró el palo al suelo.
—Jamás
te fíes de nadie, ni siquiera de mí; primera ley —enunció, muy
seria—. La segunda es que tampoco esperes demasiado de nadie, y
menos en los tiempos que corren. La gente puede usarte para su
provecho, y muy pocas personas miran por los demás. Grabatelo bien
en la cabeza.
La
joven asintió, haciendo una nota mental de todo aquello. En realidad
las clases de Syna le parecían interesantes, aunque a veces frías.
No confiar en nadie... Eso le parecía un poco triste. Pero retenía
lo aprendido en su cabeza igualmente.
De
repente, el estómago de Gabrielle rugió. Ambas se miraron, y la
joven sonrió tímidamente, intentando no reír. Estaba tan
concentrada en su entrenamiento que ni se había percatado de que
estaba hambrienta.
—Vamos
a comprar algo de comer —ofreció Syna. Pero luego caviló unos
segundos—. Aunque si quieres puedes quedarte aquí y practicar los
movimientos base que te he enseñado.
—Sí,
sí —respondió Gabrielle, entusiasmada—. Ve, ve, yo te espero
aquí mismo.
Syna
asintió y esbozó una media sonrisa. Luego se perdió entre la
vegetación, desapareciendo de la vista de Gabrielle. No tardaría
mucho, puesto que habían estado entrenando en los alrededores de
Rihem, sin alejarse demasiado de la ciudad.
La
hoja de la espada silbaba en el aire y se movía de arriba abajo y
hacia todos los lados. Gabrielle practicó distintos ataques y
defensas. El cabello no le molestaba, pues se lo había terminado
recogiendo en una cola de caballo, hecha de mala manera, pero que al
menos le sujetaba las greñas. Así pasó un buen rato, hasta que de
repente quiso hacer un ataque rápido a su espalda, girando todo su
cuerpo. Por primera vez, el arco que realizó con la espada le salió
perfecto, elegante y letal al mismo tiempo. Pero al volverse del
todo, lanzó una exclamación ahogada, alejando la espada
rápidamente. Allí había una persona, que había salvado su cuello
por muy poco. Si se hubiera echado hacia atrás una milésima más
tarde, tendría entonces un corte que posiblemente acabaría con su
vida. Pero, gracias a sus maravillosos reflejos, había logrado
apartarse a tiempo.
—¿Qué
te he hecho para que quieras matarme? —saltó el joven, rompiendo
el silencio.
Gabrielle
no supo con certeza si fingía lástima o lo preguntaba en serio. En
todo caso, abrió su mano y dejó caer la espada al suelo, con la
sangre congelada en sus venas.
—Oh,
dioses —exclamó, casi pálida—. ¡Lo siento mucho, no sabía que
estabas ahí!
Las
comisuras de Koren se levantaron, dibujando una sonrisa
tranquilizadora.
—No
pasa nada, es mi culpa, por acercarme a escondidas —se acusó.
Gabrielle
lo miró de arriba abajo. Sentía sus piernas temblar a causa del
susto. Quería acercar sus manos a él, pero no se atrevía.
—Lo
siento... —musitó de nuevo—. Pero... —caviló luego—. ¿Qué
hacías ahí?
—Quería
asustarte —confesó Koren, burlón. Su rostro no mostraba
preocupación alguna, como si lo que acabase de pasar no le importase
lo más mínimo—. Al final ha sido al revés. No sabía yo que
entrenabas con la espada.
—Empecé
hará ya unos cinco días —informó la joven, intentando sonar tan
despreocupada como Koren, pero no dio resultado. La voz le temblaba
todavía un poco. Había faltado nada más que una milésima...
Sin
previo aviso, Koren palpó el brazo derecho de Gabrielle, luego el
izquierdo, y por último los dos. La joven se quedó de piedra en el
sitio, observando lo que el muchacho hacía con sus brazos. Al final
le resultó hasta vergonzoso. ¿Realmente estaba midiendo su músculo?
—Pues
tus brazos son fuertes —comunicó, con expresión calculadora—.
Debiste hacer muchos trabajos de fuerza antes de esto.
Los
músculos de Gabrielle se tensaron al instante, y Koren dejó de
palpar y apartó las manos, observando el rostro de la joven. Sintió
que la había puesto nerviosa.
—Digamos
que sí —contestó, sonriente como siempre.
Koren
asintió. Luego, sacó la espada que llevaba en el cinturón —fue
entonces cuando Gabrielle se dio cuenta de que no llevaba la gran
espada de siempre colgada de la espalda— y apuntó con ella a la
chica.
—¿Qué
le parece si la reto a un duelo, señorita?
Al
principio dudó. Tenía muy reciente el accidente, pero al observar
la expresión de Koren, pareció cambiar de idea. Se agachó y
recogió la espada del suelo. Luego, se colocó en posición de
ataque.
—¿Por
qué no?
El
primero en atacar fue el joven. Intentó quitarle la espada en un
solo movimiento. Gabrielle reconoció el susodicho de sus clases con
Syna y supo cómo esquivarlo. Aunque al principio sorprendió a su
contrincante, este enseguida intentó nuevos ataques. La joven iba
esquivando todo lo que podía, con algo de torpeza, pero al menos
lograba su objetivo. Así, el duelo se fue alargando cada vez más.
—¿Y
por qué de repente a una chica como tú le da por entrenar la
habilidad con la espada? —saltó Koren.
Gabrielle
lanzó una estocada que su contrario frenó con un estilo felino.
—¿Qué
quieres decir exactamente con “una chica como tú”? —preguntó
mientras seguían chocando sus espadas.
—Pues
ya sabes... No sé... Eres valiente, pero nunca te había visto
tomarte algo tanto en serio. ¿Es por algo en especial?
—¿Ha
de haber alguna razón? Simplemente quiero aprender a manejar bien la
espada. Nada más.
—Vaya...
—murmuró Koren—. Eso está muy bien.
—Además
ahora tengo tiempo —siguió Gabrielle—. Quedan unos días hasta
que llegue el barco y nos vayamos.
El
joven empujó la espalda de su contrincante, dejando por un momento
ambas alzadas sobre sus cabezas.
—¿El
barco? —dijo. Ambos se miraban fijamente a los ojos, sin nada en
medio que pudiese obstaculizarles la visión—. ¿Qué barco?
Gabrielle
aprovechó la ocasión y bajó la espada, pero de nuevo se encontró
con la hoja de Koren.
—Nos
vamos a Digrin —respondió.
—¿En
serio? —saltó Koren, alzando ligeramente la voz—. ¡Vaya una
casualidad! ¡Yo también cojo ese barco!
La
joven iba a decir algo, pero de repente un movimiento la sorprendió.
Koren realizó un ataque extraño al cual no le dio tiempo a
reaccionar. Su espada salió por los aires y se clavó en la tierra,
dejando el arma vertical.
—Entonces
nos tendremos que ver durante un mes —comentó el chico, apuntando
a Gabrielle con su espada. Luego la bajó y sonrió—. Gané.
A
la chica le costó reaccionar ante lo que acababa de ocurrir. Al
final sonrió, divertida.
—Ya
es la segunda vez que me ganas. Tendré que esforzarme más —dijo.
—Acabas
de empezar con la espada. Es normal —comentó Koren, envainando su
arma.
—¿Y
aquella vez que te gané en el callejón? —preguntó la joven,
sonriendo.
—Simple
suerte y dejarte ganar un poco —respondió él, devolviéndole la
sonrisa.
—Mentiroso
—acusó.
De
repente, Koren caminó hasta donde estaba la espada de Syna clavada
en el suelo, la cogió y se la entregó a Gabrielle. Ambos se miraron
y luego el chico se sentó en el suelo. Gabrielle terminó por
sentarse a su lado y los dos alzaron la cabeza, mirando las nubes que
se descubrían entre las hojas de los árboles.
—Sé
tu nombre —saltó Koren—, pero no sé quién eres.
—Tranquilo,
yo tampoco lo sé —contestó Gabrielle.
Koren
la miró con la duda reflejada en el rostro.
—¿Qué
quieres decir?
—No
recuerdo nada de mis padres —explicó, sin bajar la vista del
cielo—. He estado yendo de una casa a otra sin parar. Por Digrin y
por Herielle. No conozco lo que es tener un hogar para toda la vida.
—Vaya...
—susurró el joven, algo conmovido—. Lo siento por ti. Creo que
sé cómo te sientes.
Solo
entonces, ella bajó la vista y lo observó a los ojos. No dijo nada,
pero su mirada pedía más explicaciones, así que Koren accedió.
—Mis
padres murieron poco tiempo después del nacimiento de mi hermana. Mi
hermano nos cuidó a los dos como pudo, con la ayuda de compañeros
del ejército de mi padre. Ya pasó mucho tiempo de eso, y yo era muy
pequeño, así que apenas recuerdo los rostros de mis padres, algo
que me da mucha rabia.
—Oh...
Lo siento mucho... —murmuró Gabrielle.
—Estoy
bien, de verdad —dijo Koren.
Seguidamente,
ambos se quedaron mirando al suelo fijamente, melancólicos, muy
juntos.
—Al
menos te quedan tus hermanos, ellos pueden apoyarte.
—Mi
hermano mayor tiene demasiadas obligaciones, y la muerte de nuestros
padres le ha afectado tanto que está obsesionado en honrarlos siendo
los mejores guerreros del mundo. —De repente hizo una pausa—. Mi
hermana también murió de pequeña. Era una niña con una salud muy
débil, todos lo sabíamos. Los médicos le dieron apenas un par de
años de vida. Vivió seis. Fue mucho más fuerte de lo que todos nos
pensábamos. La quería mucho, y cuando ya no podía estarse en pie y
debía permanecer todo el día tumbada, me empeñé en que no se le
acercara mucha gente, porque la pondrían nerviosa. En sus últimas
días estuve cuidando de ella constantemente, sin separarme un solo
instante, a pesar de que solo tenía dos años más que ella.
Gabrielle
iba a hablar, cuando Koren siguió:
—Sus
últimas palabras fueron dirigidas a mí, un minuto antes de morir...
—Estoy
segura de que ella está contigo —saltó Gabrielle de repente,
cogiéndole de la mano.
Koren
la miró con cara de sorpresa. No había rastros de lágrimas, pero
sus ojos sí que reflejaban cierta tristeza.
—¿Cómo?
—preguntó, casi sin voz.
—Que
tengo la certeza de que ella está junto a ti, cuidándote como
hiciste tú con ella entonces. Por eso creo que debes sonreír, para
mostrarle que estás feliz. Así ella también lo estará.
—¡Señorito
Ladavatt! ¡Señorito Ladavatt, ¿dónde está?! —se oyó a lo
lejos.
Gabrielle
se volvió hacia la voz, alertada. Reconocía el apellido de Koren
por aquella vez que lo oyó en la plaza. Cómo olvidarse. Era uno de
los apellidos que más fuerte sonaban entre los guerreros de
Gouverón.
En
cambio, Koren no apartó la vista de la joven. Seguía sorprendido.
—Te
llaman... —murmuró Gabrielle—. Deberías irte...
Solo
entonces, el joven pareció despertar.
—Tienes
razón —dijo, levantándose del suelo.
Gabrielle
también se levantó.
—Hasta
pronto —se despidió Koren, sonriendo de lado. Se colocó dos dedos
en la frente y luego los echó hacia ella. Un gesto de despedida
informal.
—Hasta
pronto —sonrió Gabrielle.
Pero
no avanzó ni dos pasos, cuando el joven se volvió hacia ella de
nuevo.
—Muchas
gracias—susurró.
—No
me las des —dijo Gabrielle, sonriéndole.
Koren
le devolvió la sonrisa y se alejó, perdiéndose en la arboleda,
mientras pensaba en lo que Gabrielle le acababa de decir. Seguía
sorprendido. Las últimas palabras de su hermana resonaron en su
mente como si las estuviera escuchando de sus labios en aquellos
momentos.
Fue
una mañana, en pleno amanecer, cuando ella lo llamó. Él, dormido
en una butaca, su cama durante hacía más tiempo del que creía, se
despertó. Corrió hasta su cama, preocupado. Ella le sonreía, y sus
ojos verdes brillaban más que nunca. Tenía la piel pálida, ya no
se sabía si porque era así o por su enfermedad. Su largo cabello
rubio platino estaba desparramado sobre su almohada, aportándole más
inocencia y pureza de lo que ya mostraba normalmente. Koren preguntó
qué ocurría con tranquilidad. Durante aquel tiempo se había
mostrado siempre sereno para no alterarla a ella también. O quizá
porque su hermana misma le aportaba la propia serenidad con sus
dulces sonrisas y su apacible forma de ser. La niña solo le dijo
estas palabras:
“Gracias
por todo. Quiero agradecerte todo lo que has hecho por mí, por eso
te entrego a ti todas las fuerzas que tengo. No quiero causar más
molestias. Saludaré a mamá y a papá de vuestra parte, y les
contaré que te has convertido en una maravillosa persona. Después
de esto quiero que vivas tu vida sonriendo y que no llores por mí.
Porque yo nunca me habré ido. Siempre estaré a tu lado”.
Luego,
cerró los ojos. Koren la abrazó mientras las lágrimas le caían
sin que él pudiera hacer nada por evitarlo.
Entonces
supo que aquel momento y aquellas palabras jamás los olvidaría.
¿PODEMOS POR FAVOR TOMARNOS UN MOMENTO PARA ANALIZAR ESTE CAPÍTULO? ¡¿PODEMOS, POR FAVOR?!
ResponderEliminarME VA A DAR UN INFARTO. ESTO SÍ ES VOLVER CON FUERZAS, JESÚS, QUE LA PALMO.
Contendré mis sentimientos Korielle (¡¡¡QUE SON MUCHOS!!!) y empezaré hablando de mis teorías preciosas y hermoshas.
¡La que está en la celda con Melissa es la madre de Gabrielle y Syna! Se casó con un brujo y tuvieron a esas dos pequeñas y sensuales guerreras, fiiiiiiiiiiiiijo. El brujo que llevaban y por el cual la piedra brilló creo que es Fer, ¿no? ¡¿Y POR QUÉ MELISSA TIENE LA PIEDRA Y GABRIELLE LA DAGA?! ¡¡¡¡¡ME HE PERDIDO!!!!!
¿Se supone que QUIÉN debía tenerlas? ¿La heredera esa pequeñita de la otra celda? ¿O QUIÉN? ¡¡¡¡QUÉ ESTRÉS!!!! XDDDD
La niña. Oh dios vayamos a la niña-heredera-rubia. TRAUMA AJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡¡¡¡¡¡CRAD, PEDÓFILO!!!!!! Por dios, pensé que se iban a violar mutuamente ahí y además no se te ocurre otra cosa que poner a la niña desnuda, jesús, Crad Pedobear XD y el otro: 'A menos que me quite los pantalones' y yo: O_______O CONTRÓLATE NIÑO AJJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJA
Vavava, Crad sensual enseñando bíceps *Q* *babas*
Nah, la heredera no me gusta mucho, dice cosas muy raras y se quiere tirar a Crad XDDD ¡La que amo es la hermanita de Koren!♥ es taaaaan linda~ y taaaaaaan valiente y madura y djkgnksgjkd*_*
¡Que la revivan! T_T
Ahora tengo una duda...¿cómo es que Gouvy llegó al poder? osease sé que usurpó el trono a su primo y eso, pero...¿cómo? ¿como lo consiguio? ¡¡tengo curiosidad!! Es que fijo que hubo alguien detrás, Gouvy no parece que tenga suficiente cerebro para conseguirlo¬¬ sin ofender, Gouv, que somos coleguis ;D
¡¡¡¡¡¡¡¡¡MI HERMOSA SYNA!!!!!!!!♥ Owwwww es tan mona, tan mona tan mona tan mona. ¡¡¡¡AHORA SÍ LA PUEDO LLAMAR MAESTRA!!!!! KYAAAAAAA <3333
Me encanta como intenta ser fría y tal y no puede evitar acabar sonriendo ;) ¡¡¡si es que es genial, dioses!!! El mejor personaje sin duda.
Wooooow, me encantó cuando se vio a ella misma en Gabri. ALUCINANTE~ Si es que cuando pasas mucho tiempo con alguien se te pegan sus cosas (a parte de mi teoría de la genética XD) e igual que Syna se va volviendo más dulce y adorable, Gabri se pone más seria y guerrera *-* <333333
SON TAN MONAS, PERO TAAAAAAAAAN MONAS.
Yo lo veo claro, aquí hay unos equipos:
Equipo 1: Crad y Melissa. Se protegerían mutuamente, aunque Crad sea más fuerte y cargue un poco más con el muerto, pero no es culpa de Melissa, no todos nacen rebeldes XDD
Equipo 2: Crad y Elybel. Harían cualquier cosa♥ por protegerse mutuamente, pero Ely-chan sabe que a Crad le iría mejor sin ella y como es una mujer independiente, debe encargarse ella sola :(
Equipo 3: Elybel y Melissa. Desastroso, mejor ni intentarlo XDD
Equipo 4: Syna y Gabrielle. Sorprenden a los enemigos con su adorabilidad ( XDDD) Syna siempre intentaría proteger antes a Gabri y ponerla detrás de ella, pero Gabri no se dejaría y querría pelear. Quizá Syna podría acabar fiándose de ella para tener más confianza y luchar como iguales, pero la ve muy débil (lo es) por ahora así que la dejaría en el banquillo y se encargaría ella del muerto 8D
Equipo 5: Gabrielle y Koren. SOLO IMAGINAR A ESTOS DOS LUCHANDO JUNTOS CONTRA ALGUIEN. Invencibles, lo tengo claro XDDD Donde hay química, hay química, me los imagino pateándoles el culo a sus enemigos mientras bromean entre ellos tan tranquilos <3
Equipo 6: Koren e Inya. Koren querría sobreproteger a Inya e Inya se pondría en plan sacrificio melodramático de: ¡No, Koren, déjame ir, márchate tú! TERRIBLE SEÑORES u_u
Equipo 7: SYNA Y FER. ¡¡¡¡WOOOHOOO!!! ¡¡¡LA PAREJA DE BRUJOS REPARTIENDO CAÑA!!!! XD Serían el mejor equipo, está clarísimo. Incluso mejor que Korielle. Igualados, Fer bromeando y picándola a ver si consigue cargarse más enemigos que él, ella ignorándolo hasta que perdiese la paciencia, BOOM, explota todo y gana XDD
Conclusión:
Mejor equipo:
Primer puesto: Syna/Fer
Segundo puesto: Korielle
Tercer puesto: Crad/Ely-chan
Peor equipo: Inya y Koren¬¬ tsk!
KYAAAAAAAAA Y AHORA VAMOS CON LO KORIELLE DE ESTE CAP *_____*
OK. Dime ahora que no hay química. ATRÉVETE SIQUIERA A NEGARLO DDDDDDD:
ResponderEliminarPor favorrrrrrrrrrrrrrr.
"estaban MUY juntos" "le cogió de la mano"
"le devolvió la sonrisa" "mirándose fijamente a los ojos" ¿PARTE FAVORITA? Cuando están peleando y levantan las espadas y se quedan mirándose. SANTO CIELO QUE TENSIÓN. ¿¿¿TE IMAGINAS VER ESO EN PLAN PELÍCULA??? ¡¡¡AHHH~~ HEMORRAGIA!!!!
Sigo flipando como cambia Koren cuando está con Gabri. ¿¿¿tú has visto como de picarón se pone el muy bastardo??? XDD ¡¡qué aaagghh!!♥ Intenta hacerse el interesante, ¡¡me encanta!! No, enserio, que creo que ni tú, mi querida escritora, te das cuenta. Te diré como lo veo yo.
Con los demás: Ajá. Interesante. Sí, bien. Ok. Entendido. Guay. Cool. Ya. Ya veo. Sí. Ajá.
Con Inya: ACOSADORA DEL DIABL- Ok, no XDD
Con Inya: Buenos días. ¿Estás bien? ¿Te encuentras bien? Me preocupo por ti. Tú sigue hablando que no te escucho. Ajá. WTF por qué me acabas de besar. Ok. Eso ha sido raro. Ok. Tranqui, que no te vuelva toh loca, quilla'. ¡Pero vueeeeeeeeeeeeelve hombre, vueeeeeeeelve! Ala, pues se ha pirado corriendo. Debería ir tras ella. Voy tras ella, soy un caballero y es mi amiga. Digooooo mi prometida y mi verdadero amor (náuseas), claro claro. ¡Inyaaaaaaaa~! ¡UÉEEEPALE! Tengo una idea mejor. Voy a desviarme e irme al bosque a ver si hay suerte y me encuentro a...¡anda, mira por donde, Gabrielle!
(Vale, sé que no es así exactamente, pero XDDD)
Con Gabrielle: *en la mente de Koren* SÉ COOL. SÉ COOL. SÉ COOL POR LO QUE MÁS QUIERAS. Mierda. Me ha sorprendido. SÉ COOL, JODER. Oye eres guapa y tal. ¡DIOS! ¡QUÉ SEAS COOL! Hazte el chico malo, alguna broma para aliviar la tensión, sisisiisisi. MECAGOEN- qué casi me gana. (Otra vez) La llamará señorita para que se quede en shock por mis encantos. ¡Funciona! Si voy a ser cool de verdad y todo. Espera. ¿Se está sentando a mi lado? ¡¿ME ACABA DE COGER DE LA MANO?! MENTE FRÍAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. WTF acaba de leerme la mente. Me ha sorprendido de nuevo. Oh fuck my life. SÉ COOL. SÉ COOL. ¿Me llaman? ¿Pero qué dice? Eh que yo no quiero irme. osea te salvo de un psicópata con hacha y quiere que me vaya. Pues ok, pues me voy. Eh,eh, deja de sonreírme así. Mierda, le devolví la sonrisa. ES MONA JODERRRRRRRRRRRRRRRR. ¿Por qué no para de sonreír? Me gusta. Quiero decirrrrrrrr....Inyamiverdaderoamormecasarécontigoohteamo. Eso. Eso. Un mes. En un barco. Juntos. Es un terreno pequeño. Juntos. Con espadas. Y agua. Y camarotes. Juntos. No es que me importe, eh, si solo es una campesina y tal. Espera. ¿Por qué no paro de sonreír yo tampoco? Joder. SÉ COOL TÍO, SÉ COOL. AAAGGHHHH VOY A MATAR AL QUE ESTÁ CON LO DE SEÑORITO LADAVATT, LO JURO POR MI HONOR DE MACHO IBÉRICO, ¡¡¡¡BASTARDOS!!!!!
XDDDDDDDDDDD Ok. Me desvié muucho. Pero en un universo random y diverito, Koren piensa así XD
¡¡¡¡LA LLAMÓ SEÑORITA!!!!!♥ En el barco estará Inya...eso es lo que más me gusta*-* no tengo ni idea de cómo será la relación Inya-Gabri-Syna y me tiene MUY curiosa. MUCHO.
¡¡¡ASÍ QUE SUBE PRONTO!!!! *A* Además, ya que esto es solo la mitad, no tienes que escribir el resto MUAHAHAHAHAHHAHAHAHAHAHA
¡Un besazo hemosha!
Att; Fundadora y Fan Nº1 de KORIELLE♥ (KorenxGabrielle), SynaForPresindet!, Pareja de Brujos♥ (SynaxFer), Vuelve, Ely-chan! y MendigoLikeaBoss.
JAAAAAJAJAJAJJAJAJAJAJJAJAJAJJA MUEROME AJAAJAJAJAJJAJAJAJA
EliminarVeamos tus teorías preciosas y hermoshas. JAAJAJAJAJAJA
¿Quién es la de la celda? e_e Oh oh, pues no lo sé. Puede que se sepa en el próximo capítulo ;D JAAJAJAJJAJAAJAJJA Muy muy desencaminada no vas.
NOOOO. Piensa. ¡Fer no podría entrar ahí por las buenas con tanta facilidad! Y hubiera dicho algo. Pero si te fijas, el brujo que hay ahí gime y se va corriendo. Fer no haría eso. No es Fer ^_^
El porqué de que Melissa tiene la piedra y Gabrielle la daga aún no se sabe JAJAJAJAJAJAJAJAJA No se sabe nada, sólo se insinua. Aish, sorry que te pierdas D:
A ver, aclaro que la Daga Mortal la crearon los reyes de Herielle para matar a los brujos, por lo tanto pertenece al ejército. Pero a Gabrielle se la dio el mendigo ciego. Algo pasó ahí. xD
Ahora, la piedra la crearon los BRUJOS para huir a la Tierra. Por lo tanto la habrían de tener los brujos. Pero como dice la mujer de la celda, se la dieron a la heredera cuando se la llevaron para salvarla. (Me acabo de dar cuenta de una cosa O.O MIERDA. Se explicarán más cosas más adelante xD Fer aportará mucha información con lo relacionado a todo esto^^).
CRAD NO ES UN PEDÓFILO. JAAAJAJAJJAJAJAJJAJAJAJ QUE NOOO JOPE T^T No fue con esa intención, Crad solo quería entretener a la niña y que riera un rato, la pobre T^T POBRECITO CRAD XDDDDD JAAAJAJAJAJJAJAJJAA Lo de los pantalones era para hacerla reír xD
JAAAAAJAJAJJAJAJAJ Crad sensual enseñado bíceps. JAAAJAJAJAJJAJA
Sí, la heredera dice cosas muy raras, pero no va a ser la única. Esas celdas hacen que la gente enloquezca si está mucho tiempo. xD
OOOOOWWW Me alegra que te guste la hermanita de Koren ^_^ No la pueden revivir, lo siento :( No hay nada de eso en mis novelas xD
Lo de cómo llegó Gouvy al poder aún no se sabe. Solo se sabe que lo usurpó a su primo, pero nada más ^_^ MISTERY. No hubo nadie detrás, no :3 Es más inteligente de lo que parece.
Syna y Fer son los personajes que más me cuesta desarrollar y en los que más esfuerzo aplico para hacer sus personalidades. Jope, me alegra que gusten *___*
La verdad es que es cierto. Gabrielle y Syna se van pegando pequeñas cosas una a la otra poco a poco.
¿Equipos? ¿DE DÓNDE SACAS TÚ ESOS EQUIPOS? JAAJAJAJJAJA
Equipo 1: Melissa está muy perdida aún, todo es nuevo para ella, y Crad siempre ha estado en el guiso, así que sí tendrá que hacer mucho tiempo de su guía xD
Equipo 2: UOHUOHUOH. FALLO. Elybel no se fue porque sabe que a Crad le iría mejor sin ella. Se fue porque tenía un deber, aunque quisiera quedarse no podía. Pero volverá fuerte. ^_^
Equipo 3: Elybel y Melissa no pegarían ni con cola xDDD
Equipo 4: Cuánto parrafón de Syna y Gabrielle. Se nota por quiénes tienes preferencia. xDD
Equipo 5: JAAAAJAAJAJAJAAJAJAJA Se te caerían las bragas con Koren y Gabrielle luchando juntos, no lo niegues JAAJAJAJAJ
Equipo 6: Buoh, Koren e Inya como equipo de pelea no, eh. Hasta yo lo veo. xD
Equipo 7: ADORABLES. Lo siento mi amor por Syna y Fer es inmenso. JAAJAJJAJAJJAJAJJAA LA PAREJA DE BRUJOS REPARTIENDO CAÑA JAJAJAJJAJAJAA. Jope, pues te acercas mucho a la verdad, eh e_e
JAAAAJAJAJJAJAJJAJAJJA OK OK OK D: Pero espera, Gaby. ¿Me estás diciendo que has utilizado UN COMENTARIO ENTERO para hablar de Korielle? MADRE DEL AMOR HERMOSO. TE AMO. <3
EliminarSÍII La parte en la que levantan las espadas me lo imaginé como una película y me moló *___*
JAAAJAJAJJAJAJA ACOSADORA DEL DIABL- JAAAJAJAJAJAJAJJAJA
OK OK JODER JAAAAJAJAJAJAJAJA NO PUEDO PARAR DE REÍR JAJAAAJAJAJAJJAAJJAAJAJ JAJA VOY A PARAR DE ESCRIBIR AJAJAJJAJAJA LUEGO SIGO MALDITA SEA JAJAJAJAJAJAJJAJAJJAJAJJAJAJJAAJJAJA GABY, ERES ÚNICA JAJAJAJAJJAJAJA
"¡Pero vueeeeeeeeeeeeelve hombre, vueeeeeeeeeeelve!" XDDDDDDDDDDDDDDDDD
JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAJAAAAAJAAAAAAAJAAAJAJAJJAJJAJA CON GABRIELLE JAAJAJAJAJAJ "SÉ COOL" JAAAAJAJAJAJAJJAJAJAJAJJA EL MACHO IBÉRICO!!!! AÚN ME ACUERDO DEL PREMIO POR SER UN MACHO IBÉRICO XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD Qué ama, Gaby, qué ama eres.
JOJOJOJOOJOJO La relación Inya-Gabrielle ya la tengo en la mente e.e No sé si te gustará o no, pero tengo ganas de escribirlo YA. Será muy... inesperado e_e
¡¡¡SUBIRÉ SUBIRÉ!!! Tengo un poco de capítulo escrito. ¡EH EH EH! ¡No tenía el capítulo entero, eh! Solo tenía un poco, sí que tengo que escribir el resto. Siento desilusionarte u_u
¡UN BESO! ¡AISH, CÓMO TE ADORO! *________*<333 <333 <333
JAAJAJAJAJJAJAJAJJAJAJAJ Ya vuelven los los clubs :') AISH<3
Solo quería decirte que me encanta el viaje de Melissa y que me he quedado enganchada a la historia, escribes muy bien.
ResponderEliminarLos personajes me han llegado, desde el principió me gustó mucho Melissa y Syna tiene algo que la hace tan misteriosa...Gabrielle y Koren son una monada, hacen una pareja (extra-oficial haha) encantadora, aunque Inya también me cae bien, es muy mona, pero me gusta más Gabrielle. Extraño a Elybel.
El único que no me gusta mucho es Crad. Ai, no quería decirlo pero quería ser sincera por una vez que comento haha es que...no sé, todos los demás tienen una personalidad bien definida y van madurando y a Crad desde el primer capítulo hasta ahora lo veo que cambia de carácter cada dos por tres y que no ha evolucionado nada. Diría que veo a todos los demás como personajes redondos y bien hechos (en especial Syna, la mejor construida, se ve como pasa del descontrol y de la frialdad extrema a volverse más humana y confiada con Gabrielle) pero Crad es plano. ¡Espero que no te moleste la observación!
Te dejo ya, creo que en el siguiente capítulo te comentaré de nuevo, si no te importa claro.
Saludos (=
OIIIISH ME ALEGRA MUCHÍSIMO LEER ESO *____* DE VERDAD, MUCHÍSIMAS GRACIAS. MUCHAS MUCHÍSIMAS GRACIAS *___* <3
EliminarDios, me encanta que te gusten los personajes :') Sé que todos extrañan a Elybel, pero ya digo siempre que volverá, de verdad ^_^ Siento hacer esperar tanto D:
Aish, no te preocupes mujer, no pasa nada. No te lo voy a negar, yo también estoy contigo. Crad es un personaje algo personal para mí y cierto, cambia de carácter cada dos por tres porque lamentablemente tengo un problema con él. ¡NO SÉ CÓMO HACERLO! D: Es un canalizador de mi estado de ánimo porque, no sé si lo dije antes, no me dí cuenta pero estaba representando a mi hermano. Por desgracia, a mitad de la historia quise cambiar varias cosas, y Crad volvió a cambiar. Luego otra vez. Y otra. Jajajajajaa, sé de lo que me hablas. El carácter de Crad lo tengo que arreglar mucho, pero esa es la desventaja de subir en un blog. Una vez subido el capítulo, ¡ya no puedes hacer nada! Porque si no se lía parda :/ Pero en fin, que estoy solucionándolo aparte ^^ Gracias por darme tu opinión sobre este personajes, me has ayudado mucho. ¡No me molesta! ¡Al contrario! Me encanta que me digan los defectillos que hay en la historia :D
¿Me estás preguntando si me importa que me comentes? ¡Obviamente que no me importa! Amo los comentarios :DD Sobretodo si me dicen qué hago bien y, por supuesto, qué hago mal. De verdad, no quiero obligar a nadie a comentar, pero como a todos, me encanta leer los comentarios de los lectores ^_^
¡Muchas gracias! ¡Besos! :D
¡Hola Cielo!
ResponderEliminarVengo a disculparme, hace mucho entre unas cosas y otras dejé tu novela a un lado para leerla más tarde y aunque fui avanzando poco a poco, ahora solo tengo vagos recuerdos (había fuego en bosque y escaparon..y uff! que mal, que mal..)
Y bueno, antes de volver a releer te quería preguntar una cosica: ¿vas a reescribir los capitulos y volverlos a subir? Es que me parece haber leído hace mucho que no estabas conforme con algo y que lo querías repetir o algo así..
un besoo
psd: que si no los vas a resubir, te prometo que haré una maratón y lo leeré todoo^^
¡Anyi! :D
EliminarNo te preocupes, no pasa nada. ¡A mí también me pasa muchas veces con los blogs! Sobretodo ahora, que están los exámenes de fin de curso... u_u Te entiendo perfectamente, tú tómate tu tiempo.
Pues verás, es cierto, he cambiado varias cosas, y aún tengo otras cosas en mente para cambiar. Pero como sé que sería muy lioso, no lo voy a resubir, y digamos que haré dos versiones: la "original" (la subida al blog) y la "renovada" (una aparte que no sé qué haré xD). Así que no te preocupes, de momento voy escribiendo según lo que ya está subido aquí, y si debo cambiar algo pequeño, lo comunico al principio del capítulo y lo cambio en los anteriores ^_^
¡Un beso! :D Y tranquila, tómate tu tiempo ^^ <3
OOOOOOH me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encantav me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! jajajajajajjaa
ResponderEliminarNESITO EL PROXIMOO YAAAAA! xDDDD
¡Hola! Tienes un premio en mi blog por tu increíble historia <3
ResponderEliminarhttp://lmdreamer.blogspot.com.es/2013/07/premio-wiiiiii.html