Miembros de la Séptima Estrella

viernes, 12 de octubre de 2012

[L1] Capítulo 22 (parte 2): Recuperando recuerdos

Bueno, en primer lugar quiero explicar por qué es la segunda parte del capítulo 22. Fácil: no se me ocurría ningún título, ni a mí ni a Gaby (gracias a esta última por tu ayuda... he considerado seriamente lo de "Mejor dentro que fuera, rascando" xD).
Segundo: quiero dedicar este capítulo a Ana (no, yo misma no, otra Ana, Fireflies). Porque no sabía cómo terminar el capítulo y ella me dio una brillante idea. Ana, al final no es exactamente como dijiste, cambié el personaje :) Y también porque la adoro y siempre me cuenta sus paranoias/teorías *-*
Tercero: sé que he tardado y tal... pero es el instituto... y problemas y cosas u_u En fin, intentaré no tardar tanto en el siguiente (siempre digo lo mismo...).



¿Seguro que no quieres comer nada más? —insistió Guedy.
No, de verdad. Ya he abusado demasiado de vuestra hospitalidad —repetía Melissa en la puerta de salida, con su bandolera colgando del hombro y deseosa de marcharse.
Bichejo bebía feliz en un cuenco de leche colocado en el suelo, hasta que vio las intenciones de Melissa y corrió hacia ella. Pero la joven se lo pensó antes de dejarle salir y miró a Guedy, suplicante.
¿Puede quedarse aquí? Es que con tanta gente, me da miedo que se pierda o... le pase algo.
Oh, tranquila, no hay ningún problema —accedió la mujer—. Aquí estará bien. Porque tienes razón. Al ser un beichog, mucha gente intentaría apropiarse de él de malas maneras.
Lo sé.
Y cuánto lo sabía. Cuando iba por la calle con Bichejo en brazos, muchos se le habían quedado mirando, y Melissa odiaba ver el destello de ambición y codicia que reflejaban sus ojos. No quería arriesgarse. Así que, tras despedirse del pequeño animal y darle las gracias a Guedy por millonésima vez, salió a la calle sola. Al poner los pies en ella se dio cuenta de que no sabía adónde iba a ir. No conocía Rihem, pues llegó deprisa y corriendo, y siempre la habían guiado. Entonces comprendió lo absurda que era su idea. Pasear por una ciudad desconocida, completamente sola y sin saber el idioma que allí obligaban a hablar. Era un buen plan para un temerario, pero no para ella. Aunque después de pensarlo unos segundos, sonrió y se encaminó calle arriba. Escuchaba cómo parloteaban aquel grotesco idioma. Lo asemejó a la manera de hablar de Cinzia, su cuidadora del orfanato.
Cinzia... apenas hacía unos días que no la veía, pero parecía que hubieran pasado varios meses. No la echaba de menos en absoluto, es mas, era una de las cosas que la llevaban hacia delante en aquel mundo. No quería volver a su orfanato ni aunque pudiera. Aunque Italia...
Desechó enseguida esos pensamientos de su cabeza. Prefería no cavilar mucho en ello, porque sabía que acabaría angustiada por no poder volver a su mundo natal. No quería deprimirse otra vez. Casi siempre era así: intentaba ocultar todos los problemas e inquietudes que le rondaban, aparentando ser indiferente con todo, hasta que explotaba en una procesión de insultos y gruñidos. Era algo que no podía remediar aunque quisiera. Estaba tan sujeto a su interior, que no podía arrancarlo a no ser que la pusieran en una dura terapia.
Tan absorta en sus cavilaciones como estaba, se chocó contra alguien que llevaba un elegante traje negro con camisa blanca. Se sorprendió del aroma a hierbabuena que desprendía el chico, y alzó la cabeza para mirarlo. Sus ojos eran de un verde tan profundo que parecía que se podía nadar en ellos, y su cabello rubio platino brillaba a la luz del sol. Melissa quiso disculparse, pero antes de hablar, recordó que no sabía el idioma, y adivinó que si hablaba en la lengua de los rebeldes podría meterse en problemas. Así que lo rodeó y se marchó casi corriendo, dejando atrás a un perplejo chico que la miraba interrogante.
No cruzó ni una calle cuando un grito seguido por un silbido la alarmó. Giró la cabeza y se encontró con un par de borrachos sentados en la mesa de la terraza de una taberna. Observaban sus ajustadas mallas mientras se relamían los labios, algo que a Melissa la asqueó. Gruñendo, les dio la espalda y se alejó. Creía que habían pasado de ella, hasta que alguien le agarró el trasero. Instintivamente, lanzó el pie hacia atrás, propinándole una patada en el estómago al agresor. Ya tirado en el suelo, Melissa pudo ver que era uno de esos borrachos. La gente comenzó a rodearlos, y ella se sintió de repente el centro de todas las miradas. El hombre del suelo la señaló y gritó algo, y enseguida, dos hombres grandes más corrieron hacia ella. Aquella vez no le hizo falta entender el idioma para comprender que querían apresarla. Se volvió rápidamente, se abrió paso a codazos y corrió por un callejón cualquiera que resultó ser horriblemente zigzagueante. Los dos hombres la seguían gritando, pero las mallas de la joven le permitían una movilidad que había echado de menos desde que se puso esa falda azul, a conjunto con la capa guardada dentro su bandolera. Melissa era veloz, pero torpe. Aun así, aquella vez la torpeza no le falló mucho, solo tropezó varias veces y sin caerse. Como ella siempre decía: «Si tropiezas y no caes, avanzas».
De repente vio la salida. Aquel horrible callejón terminaba en la arboleda que rodeaba Rihem. Maldijo en voz baja, pero no se detuvo. Detrás tenía a dos hombres persiguiéndola, así que debía meterse allí.
Sus botas pisaron la hierba y comenzaron a saltar raíces. Melissa se encontró mucho más cómoda en aquel terreno, gracias al calzado. Se sintió aliviada, ya que tropezaba menos y avanzaba más. Pero poco le duró la alegría, pues cuando volvió la cabeza para ver por dónde andaban sus perseguidores, la suela de su bota dejó de pisar el suelo y se encontró con un pequeño bancal de un poco más de un metro. Obviamente, Melissa cayó, y de espaldas, sujetando la bandolera para proteger su interior —la cámara de fotos más que nada—. Rápidamente, y aunque tenía todo el cuerpo dolorido, se arrimó a un recoveco de la tierra para ocultarse. Los hombres pasaron por encima sin adivinar su presencia, y Melissa suspiró aliviada. Después de pasar aquello, se sintió satisfecha con lo que acababa de hacer. Y es que involuntariamente había realizado una llave de karate. Era cinturón verde, pero hacía dos años que no practicaba aquel deporte, ya que, inexplicablemente, lo habían retirado del orfanato. Obviamente había perdido cualidades, pues el karate era uno de esos deportes que si lo dejas, luego cuesta volver a retomar.
Para entretenerse, Melissa sacó de su bandolera la funda de su cámara. La abrió y sacó el aparato. Intacto. Se sorprendió ante la dureza y efectividad de la funda y volvió a guardarlo todo dentro. Sin querer le cayó algo en el suelo, y al recogerlo se dio cuenta de que se trataba de un coletero. Con una sonrisa de satisfacción, se hizo una coleta alta, despejándose la vista por completo. Llevaba el pelo demasiado largo, a pesar de que se lo había cortado al llegar a Anielle. Aún recordaba aquel día, en el que se había sentido terriblemente confusa. Se había ido acostumbrando desde entonces, pero todavía no estaba del todo a gusto.
Esperó unos segundos más y luego asomó la cabeza. No encontró a nadie, así que se levantó del todo. Tras lanzar unos cuantos gemidos de dolor y contar los rasguños que se había hecho en la caída, echó a andar por la arboleda. Quería pasearse por ahí un rato para relajarse y alejarse de todo un poco. Observó de nuevo los árboles de extrañas hojas, todas ellas distintas y bellas a su manera. Cada vez le maravillaba más aquel lugar. Siempre quedaba algo por descubrir.
¡Disatju digplez!
Se paró en seco, sorprendida. A pesar del basto acento del idioma, la voz de aquel chico era fácil de identificar. Melissa se acercó un tanto hacia su origen y se escondió tras unos arbustos. En efecto, quien hablaba era Crad. Frente a él había dos guerreros de Gouverón que parecían furiosos y señalaban al joven con la punta de sus espadas. A Melissa se le encogió el estómago.
Gutsacsu moien —habló uno de los guerreros—. Sitchan moigenzo pot sacu Gouverón.
¡Justi gui mon, queta mo liporte pole! —respondió Crad.
Melissa no entendía nada de lo que decían, tan solo le había parecido oír el nombre de Gouverón. Recordó que Crad le había insistido que no fuera con él, y consideró la idea de irse de allí. Pero no pudo hacerlo viendo el peligro que él corría. Comenzó a idear planes en su cabeza, pero no encontró ninguno adecuado. Si la veía, se enfadaría. Pero, ¿y si la cosa se ponía peliaguda? A lo mejor sería mejor intervenir y ayudar aunque fuera solo un poco...
Munstar noditu setge o rebgen, gutsaque anren.
El corazón de la joven se congeló al instante. Aquella voz había venido de alguien que se encontraba a su espalda. Rápidamente volvió la cabeza, y allí se encontró con otro guerrero de Gouverón. Sin que le diera tiempo a reaccionar, este la elevó en el aire para saltar los arbustos y colocarse frente a Crad y sus dos compañeros.
¡Suéltame, asqueroso! ¡Bájame, déjame! —gritaba Melissa, forcejeando e intentando dar una patada a su agresor. En su interior sabía que no la entendía, pero estaba tan nerviosa que no se paró a pensarlo detenidamente.
¿Melissa? —se asombró Crad.
¡Crad! —exclamó Melissa—. Juro que no te he perseguido, yo no pretendía ir a por ti, pero entonces...
Un misterioso clac calló a la joven. Ella conocía ese sonido; lo había oído en muchas películas. Y cuando algo frío le tocó la sien, sus sospechas aumentaron.
Crad preguntó algo, y el guerrero le respondió. Melissa no los entendió, pero por las confusas miradas que Crad lanzaba hacia el arma, pudo suponer que preguntaba sobre qué era aquello. Y al parecer, fue algo tan novedoso e irreal para él que el guerrero tuvo que demostrarle su función. Alargó el brazo, apretó el gatillo y la bala se impactó contra el árbol más cercano al joven. Este se sobresaltó y observó curioso el agujero que la bala había dejado en el tronco. Melissa pudo ver el arma por primera vez. Como ella había supuesto, era una pistola, de esas que siempre salían en las películas del oeste.
Nuevamente, la fría boca del arma volvía a estar pegada a su cabeza, y la mirada de Crad estaba fija en Melissa. A esta le sorprendió la expresión de su rostro. Había en ella tanta tristeza, tanto resentimiento... tanto dolor. «¿Por qué? —pensó Melissa para sí misma—. ¿Por qué me miras así, Crad?».
Lo siento —susurró, dudosa.
Crad desvió los ojos al suelo y con un brusco movimiento tiró su espada al suelo y alzó las manos, pronunciando unas palabras. Los tres guerreros allí presentes rieron, y Melissa lo comprendió al fin, recordando las hojas de «Se busca» que estaban repartidas por todo Rihem.
¡No, Crad! ¡No lo hagas! —gritó, pero al ver que él la ignoraba, se puso más nerviosa—. ¡Estúpido, no pases de mí! ¡No te entregues, maldita sea!
El guerrero que la agarraba le presionó más la cabeza con la pistola al ver que Melissa gritaba y forcejeaba cada vez con más intensidad.
¡HAZME CASO, IMBÉCIL! ¡MÍRAME!
Por primera vez, sus súplicas parecieron dar resultado. Crad la miró fijamente, y Melissa pudo ver entonces cómo sus ojos brillaban ligeramente.
Cállate. Voy a hacer lo que quiera, así que tú no te metas —le dijo, sin emoción alguna en su voz.
La joven se quedó observándole unos segundos. Este desvió la cabeza y comenzó a hablar con uno de los guerreros, ignorando de nuevo a Melissa. El hombre que la sujetaba aflojó la fuerza, pero no apartó el arma de su cabeza. La chica no podía reaccionar. Estaba quieta en el sitio, sin poder apartar los ojos de Crad.
No te muevas, Melissa.
Melissa se sobresaltó. ¿Quién le había hablado? No reconocía su voz. Observó a los presentes uno a uno, pero ninguno más parecía haberlo oído.
Eh, te he dicho que no te muevas. Hazme caso. Quedate muy quieta y cuando te diga, actúa.
Aquella vez se sorprendió aún más. La voz sonaba dentro de su cabeza, estaba segura.
«¿Quién eres?» preguntó pensando, esperando que el chico telepático le respondiera.
No hay tiempo de presentaciones formales. Quédate quieta de una santísima vez, jo. Confía en mí.
«Está bien...» accedió ella.
Apenas pasó un mísero instante, cuando algo brillante emergió de entre los árboles y fue directo a la mano del guerrero que sostenía el arma. Dicha arma cayó al suelo seguida de un grito de dolor, y varias gotitas de un líquido oscuro salpicaron el rostro de Melissa.
Ahora, le indicó la voz misteriosa.
Melissa obedeció sin vacilar. Veloz como el viento, realizó otra muy torpe e inexperta llave de karate y el guerrero se tiró al suelo, encogido de dolor. Sin querer se golpeó la cabeza contra una raíz y perdió el sentido, cosa que Melissa agradeció. Un par gritos más hicieron que la joven se girara rápidamente, asustada. Pero al ver que los dos guerreros de Gouverón yacían en el suelo rodeados de sangre, se tranquilizó un tanto. Descubrió que Crad había recuperado su espada del suelo, la cual estaba manchada.
Los había matado él.
A pesar de que el primer día que se conocieron, Melissa ya había visto cómo mataba a un hombre, aquella vez le impresionó más. Quizá por la rapidez o quizá por lo raro que estaba el chico, ya que tenía la cabeza gacha y sus rizos le ocultaban el rostro casi por completo.
¿Crad?
Te dije que te quedaras en casa —soltó él sin moverse si quiera.
Melissa no supo qué decir. Quería explicárselo todo, pero la tensión del ambiente se lo impedía. Situaciones tensas. Qué poco le gustaban. Cada vez que tenía alguna salía corriendo. Pero supo que aquella vez no podía huir. Por primera vez en su vida, tenía que enfrentarse a la realidad. Así que avanzó unos pasos hacia el joven y se detuvo muy cerca de él, pero sin mirarle a la cara.
Lo siento mucho —repitió—. De verás que lo siento. Yo no te quería desobedecer, solo fui a dar un paseo, y de repente un asqueroso tío me tocó el culo y yo le di una patada. Me empezaron a perseguir y me escondí... —Se trababa ella sola—. Y entonces fue cuando te encontré, y no sabía que hacer porque veía que estabas en peligro y...
Sin previo aviso, Crad tiró su espada al suelo y se lanzó sobre Melissa, envolviéndola en un violento abrazo. La joven se quedó rígida, con los ojos abiertos como platos. La reacción del chico la había sorprendido tanto que no sabía qué hacer.
Maldita sea, maldita sea, maldita sea... —susurraba Crad en su oído—. Creía que volvía a...
Se quedó callado. Melissa tuvo la tentación de pedirle que siguiera hablando, pero no lo vio adecuado. Se quedó donde estaba, con los brazos caídos a los costados e intentando respirar lo menos posible. Crad la apretaba muy fuerte contra él, y Melissa se sentía cada vez más confusa.
Oh, vaya. Qué bonito.
Melissa lanzó un respingo. Era la voz de su cabeza. Le seguía hablando, seguía estando dentro de ella.
«¿Quién eres?» preguntó de nuevo.
Uy, qué casualidad. Debo irme. ¡Hasta otra! ¡Suerte!
Y tan pronto como vino, se fue. Melissa lo sintió. Inexplicablemente, notó cómo una pesada sensación salía de su interior, dejándola increíblemente vacía, como si le hubieran sacado varios órganos.
Crad percibió que la chica se había convulsionado ligeramente por unos segundos. Abrió los ojos, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, y se alejó bruscamente de ella.
Crad... —susurró esta, asombrada ante los cambios de humor de su compañero.
Lo siento —dijo él solamente. Recogió la espada del suelo y le dio la espalda—. Será mejor que volvamos con Anthony y Guedy. Los de la Séptima Estrella ya están a salvo y tienen la dirección del refugio secreto. Mi trabajo aquí ha terminado.
Melissa asintió, aunque sabía que él no lo podría saber nunca porque no la estaba mirando. Era incapaz de pronunciar palabra alguna. La reciente escena seguía todavía muy presente en su mente. Y además, sabía qué quería decir Crad con aquella última frase.
Aquel era su primer y último viaje juntos. En cuanto llegaran a casa de Yaiwey y Cede... se separarían.

* * *

La brisa agitaba las hojas de los árboles, creando una agradable sinfonía. La sinfonía de la naturaleza. Los olores florales se intensificaban a cada ráfaga de viento, y el cielo comenzaba a teñirse de aquel rojo tan intenso característico del crepúsculo. Era un festín para los sentidos. Pero ella estaba sola otra vez.

El barullo era grande. Todos se reunían a mi alrededor. Yo estaba mojada de pies a cabeza. Los mechones de mi pelo estaban acartonados a causa del barro que me habían tirado por encima.
¡Bruja! ¡¿Pero qué has hecho?! —gritaba una de las madres, dirigiéndose a mí, obviamente.
Yo agachaba la cabeza, con la vista clavada en el suelo. No quería mirarla a los ojos, ni tampoco quería hablar. Así que me quedé callada y quieta en el sitio, como si todo aquello no tuviera nada que ver conmigo.
¡Te he hecho una pregunta! —seguía insistiendo, cada vez más nerviosa.
No osaba tocarme, y en parte lo agradecía. Si hubiera sido cualquier otro niño, me hubiera cogido de los hombros y me hubiera zarandeado hasta obtener una respuesta. Pero yo no era como los otros niños. Yo era diferente. Yo era rara.
Mientras la gente seguía gritando y mirándome con temor, eché un pequeño vistazo a los chiquillos que acababa de atacar. No paraban de llorar mientras la gente intentaban sacarlos de debajo del carromato volcado.
¡Me duele, me duele! —chillaban algunos.
¡Voy a morir! —lloriqueaban los más exagerados.
Morir... Qué palabra tan grande para algunos. Para mí era una condena demasiado menor de lo que merecía por ser como era. Por ser quien era.
De repente, una mujer de elegante y voluminoso vestido salió de dentro del carruaje, ayudada por su chófer y un sirviente. Se le veía que era de familia rica. Cómo odiaba a esa gente con dinero y enormes cantidades de caprichos. ¿Es que no veían que mientras ellos disfrutaban de cosas inservibles, otros estaban tirados en las calles muriéndose de hambre? No, claro que no. El brillo del oro les cegaba.
¡Niña! ¡Habla de una maldita vez!
No pude soportarlo más. Le lancé una mirada amenazante sin darme cuenta, y el rostro de la madre se volvió pálido como el papel. Miedo es lo que reflejaban sus ojos. Miedo es lo que reflejaban los ojos de todos los que posaban su curiosidad en mí.
¡Dejadme en paz! —exploté yo.
Di media vuelta y corrí calle abajo. No hizo falta apartar a nadie con los brazos, pues la gente me abrió el paso sin que tuviera que decirles nada. Otra vez el miedo. Todo el mundo me tenía miedo. Solo una persona era capaz de tratarme con cariño y normalidad. La única persona con la que me sentía verdaderamente a gusto. A él es a quien iba a buscar.
Llegué a la calle donde se encontraba mi hogar. Recordé aquel día en el que él me salvó de una muerte casi segura, cuando me perseguían aquellos dos guardias. El buen hombre me acogió en su casa y los mató por mí, para protegerme. Desde aquel día, no había dejado de hacerlo. Siempre cuidaba de mí, y yo no sabía qué darle a cambio. No tenía nada salvo mi don, que para mí era horrible, pero para mi tío —así lo llamaba, pues no sabía su nombre— era algo con lo que tenía que tener paciencia, pues era inmensamente valioso. ¿Hacer daño a los demás cuando te enfureces o te enrabias es algo valioso? Porque para mí no lo era en absoluto.
Me adentré en mi casa y cerré la puerta tras de mí con un sonoro portazo. Apoyé la espalda en ella y respiré hondo. Me sentí segura allí dentro, en un lugar donde realmente me querían, donde me aceptaban tal y como era.
Syna —murmuró él.
Sabía que estaba allí. Nunca salía de casa, aunque lo veía normal. Era como yo: solitario. Y además estaba ciego, aunque realmente no lo parecía, ya que se manejaba en el entorno como si viera perfectamente. Alcé la cabeza y lo miré con tristeza.
Los niños... —logré decir solamente.
Él enseguida se lanzó sobre mí y me tocó el pelo.
¿Barro? —preguntó—. ¿Esos malcriados te han vuelto a tirar barro?
Sí —respondí, tragándome las lágrimas que amenazaban con salir—. Pero esta vez me he defendido, tío.
Mi tío dejó de acariciarme el pelo y se quedó muy quieto. Sus ojos no estaban posados en los míos, si no que se encontraban fijos en mi hombro, algo normal, ya que por mucho que los posara en mi rostro, no la podría ver nada de ninguna manera.
¿Qué has hecho, Syna?
Algo horrible, tío. Pasaba un carro por ahí... y ellos me tiraron el barro. Yo estaba tan harta que me enfadé mucho. Y entonces el carro salió volando por los aires y cayó encima de los niños.
Se hizo un pesado silencio, durante el cual se me hizo más difícil evitar que se me cayeran las lágrimas.
Soy un monstruo. No merezco vivir, tío. No lo merezco... —me lamenté, con la voz cada vez más débil.
Nunca se lo había dicho cara a cara, pero era lo que creía desde siempre. Mi vida no valía nada si hacía daño a las demás.
De repente, él se puso de pie. Yo lo miré interrogante. Por nada del mundo me esperaba lo que vino después.
Su mano se abalanzó sobre mi mejilla izquierda, provocando un sonido que resonó por toda la habitación. Él me había pegado. La única persona que creía que me quería. Lo único que tenía en el mundo. Coloqué una mano sobre la zona dolorida y, dubitativa, alcé la cabeza para mirarle. Estaba tan sorprendida como asustada.
NUNCA digas eso —habló él, con la voz más dura que jamás había oído—. NUNCA. ¿Me oyes bien? Tú no eres un monstruo. Los monstruos son los demás.
Sus palabras se grabaron a fuego en mi mente. Ya no pude borrármelas jamás de mi memoria. Aquel momento fue tan fuerte para mí que no pude evitar tirarme sobre mi tío. Lo abracé y lloré desconsoladamente, como nunca lo había hecho ni lo haría en mi vida. Él me devolvió el abrazo y me dijo que todo iba bien, que él estaba conmigo. Y yo me sentí la persona más feliz del mundo.

Un golpe de viento azotó los largos cabellos lacios, negros como la noche. Los ojos de la mujer, fijos en el horizonte, reflejaban tristeza y melancolía. Desenterrar recuerdos no siempre era agradable.
Con un suspiro, encubrió la cabeza en sus rodillas. Había creído engañarse a sí misma. Había querido esconder su don y fingir ser una persona normal. Todo parecía ir bien; pero hay cosas que no pueden retenerse eternamente. Lo que está ahí, está, y en algún momento debe salir al exterior. 

7 comentarios:

  1. ¡¡Pero bueno!! ¿¿¿¿¿¿¿Y ESE TITULO??????? D:
    Mi título era mil veces más cool u_u
    El rascando el daba elegancia, you know XDDDDD

    Lo que te decía por chat que me había molestado es que Melissa llegara y por no hacerle caso a Crad tuviera que ponerse en peligro ;_; ¡¡ES EL SANTO CUERPO DE MI AMADO MORENO!! D: ¡¡No se juega con su vida!! T_T

    Pero bueno, conste que no me cayó mal en este capítulo, fue maja, aunque a mí me costaría despedirme de Bichejo, la vi un poquitín fría, pero eso ya es cuestión de cada uno, tambien es que yo soy demasiado amante de los animales XDDD

    ¡¡¡LA PARTE DE SYNA!!!!!
    Bueno, alto.
    La voz.
    La voz misteriosa.
    AAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAAA
    ME ENCANTA.
    Como soy cool, sé que es un chico que terminará con Melissa al final de todo =w= Porque sí, tengo premoniciones y sé que no acaba con Crad (si los Dioses son benévolos) así que yo seré feliz con tal de que Melissa y Crad no acaben juntos porque no me pegan ni con cola 8D
    Conste, Melissa with the voice (amo a la voz) y Crad con Elybel sí. La primera pareja podría aceptarla y la segunda, vamos, ES AMOR, AMOR PUROOOOOOO *___________*
    Además, recuerdo lo que dijimos por chat¬¬ me diste la razón en cierta cosa e_é *se siente importante* Ely-chan...¡¡te echo de menos!! ¿Tanto tardará en salir? T_T ¡¡ELYBEL TE QUEREMOS DE VUELTA!! *Yo sola* D:

    Syna...me ha dado muchísima pena. Mi pobre maestra, es tan adorable, qué mona era de niña. Quiero decir, sigue siendo monísima, aunque ahora es más...más Syna-sama!! Antes era Syna-chan!! <333
    PERO SIGUE SIENDO SYNA, AWWW.
    Yo creo que Gabrielle debería volver y decirle que no le importa que sea una bruja ò_ó ¡¡TIENEN QUE ESTAR JUNTAS!! Casi mato al tío cuando la abofeteó D: Me salieron instintos psicópatas ¬¬
    Pero bueno, si Syna-sama está feliz...enga, lo perdono. ¿Ese era Hald? O_O
    ¡¡¡¡OHHH!!!! ¿¡¡¡ES EL TIO DE LA MAESTRA Y EL YO ALTERNATIVO!!!? :'D

    Koren, te eché tanto de menos ;_;
    Realmente un capítulo sin Korielle no es lo mismo, es como si faltara un trozo del corazón de Anielle (?) *modo drama ON*
    AISHHH, LO EXTRAÑO TANTO T_T

    ¡Pero espero que el siguiente esté pronto y no tenga que seguir extrañando a mi querido amourshito! XDDDD
    POR CIERTO, sigo obsesionada con su canción. La tengo en el MP4 y no paro de escucharla. Ya casi me la sé XDDD

    And when everything makes to be broken...(8)
    MI PARTE FAVORITA >W<

    ¡Besos Corza!
    Att;
    Fundadora y Fan Nº1 de KORIELLE<3 (KorenxGabrielle), CRABEL<3 (CradxElybel), Syna For Presindet!, ¡A la hoguera con La Cosa del Pantano (Inya)! y MendigoLikeABoss.

    XDDDDDDDDDD Que conste que nunca hago copia y pega de mis clubs XDDD

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    1. Madre del amor hermoso, amo tus súper comentarios xD Tú vas a lo grande, eh. ¡Y CON MAYÚSCULAS A TUTIPLÉN! (Hay más A que nada e.e).

      SÍ, SÉ QUE NUESTRO TÍTULO ERA MEJOR, pero no era... ¿cómo decirlo? Elegante (rectifico: NORMAL).
      Okey, ya, Mel se sintió mal T^T Y creo que en el próximo capítulo te vas a poner aún más nerviosa con esto, porque descubren algo que antes no sabían :')
      Claro que fue fría, es que la escritora estaba HARTA del bicho ese y quería desprenderme de él COMO FUERA. Pero me daba penica matarlo u_u
      Veo que tus ideas de Elywerajan (?) siguen tan fijas como siempre. ¿MEL CON LA VOZ MISTERIOSA? :'DDDDD *Se aleja poco a poco*. Jajajajaja. (Intento despistarte).
      SÍ, recuerdo lo del chat (WIII) pero ahora las cosas han cambiado, sorry<3
      "¡¡ELYBEL TE QUEREMOS DE VUELTA! *Yo sola* D: "
      PUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAAJAJAAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJJAJAJAJJAJAJAJJAJA MUEROME :'D
      PROMETO que Elybel volverá, ok? T^T ¡Si ya te lo dije! D:
      Claro, Syna también fue pequeña (temía que algunos se olvidaran T^T). Syna antes era muy inocente y cuqui. Luego ya maduró de golpe u_u
      El tío que abofeteó a Syna tenía más razones para desatarse sin querer (conste que estoy completamente en contra de la violencia entre padres e hijos...). Pero ñeeeej, ya se sabrán :D
      ¿El tío de la maestra? ¿El yo alternativo? WTF?

      ¡SOLO FUE UN CAPÍTULO SIN KOREN! D: ¡NI UNO, PORQUE ESTE ES SEGUNDA PARTE DE OTRO! D: Qué dramática te me pones T^T
      Sabes que no extrañarás a tu amourshi... O_O ¡ME NIEGO A ESCRIBIR ESO! D:
      Estará pronto (JAJAJAJAJJAJAJAJJA qué risa, Ana :'D).
      AIX, es que esa canción es preciosa *^* <33

      ...I just want you to know who I am (8) *_*

      ¡Besos Guisante!<3

      PD: ERES UNA FAKER, GUISANTE. SIN COPIA Y PEGA OoO

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  2. KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA MEL Y CRAD ALWAYS ME ENTIENDES? ALWAYS!!!
    El que ayudo a mel me gusta... jajaja uis que tarde me tengo que ir aajajajajajajaj lo adorooo!!
    Ya sabes, I love Ferlian, David and and... el chico ese que tenia como ungemelo.. creo que el mendico.. Heix o algo asi ajaja
    Gaby O.O Te entriztecio la despedida de bichejo? jajaaj pero recuerdo que lo empezaste a odiar! ajaja bueno, eso si.. a sido bastante fria Mel... ajjaaj
    pero aun asi la adorooo *_______________* jaja bueno, ya despues te comento más decentemente que he quedado y me tengo que preparar!! chaouuu!! ^^
    Besicos virtuales!! :D

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    1. PUAAAJJAJAJAJAJJAJAJJAJAJJAJAJAJJAJAJJAJAJAJJAJAJAJA :'D Okey, Sarah, okey T^T
      Jajajajjajaja lo sé, le tengo mucho cariño a ese personaje nuevo :))
      Heix! Al final creo que cambiaré el nombre, así que no te preocupes.
      ¡ESO ES CIERTO! ¡GABY, ¿LO HAS LEÍDO?! ¡¡¡CONFIESA, EN REALIDAD BICHEJO TE GUSTABA!!! T_T A ver, ya te conté que quería deshacerme del bicho ese lo antes posible (se notaba mis ganas de hacerlo cuando le puse de nombre Bichejo). Me encanta que te adore *-*
      Y ese comentario nunca llegó xD Don't worry, te perdono porque yo también he tardado en responder<3
      Bye!!!<33 Besos!!

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    2. es que estaba indignada lo de la chica de aqui abajo pusiera besos virtuales ê_e ....
      jajaja pero prometo que en el proximo capitulo dia o años o milenio en que subas... te hare el mayor comentario que jamás ha tenido! (aunque no tenga nada que contarte más... ajaja) Ya me las apañaré ê_e jojojo....
      PD: I'm Sarache pistachi a tope power guay (?) jajajaj

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  3. Holaa:)
    Por fin, por fin!! *saltando como una loca*
    Si vieras lo que he estado esperando el capitulo, me dejo con una intriga el ultimo :$ ... Es imposible que se separen tan pronto Melissa y Crad ; allí hay tema... pero vamos!!

    El encontronazo de Mel y Koren... Me hubiera gustado mas conversacion, ademas se echa en falta a Gabrielle y Koren, esa pareja tiene mucha química ; me hubiera gustado ver como se quedaba Gabi al ver la ceremonia-compromiso, mmmm... celosilla??( estoy segura de que si, aunque con lo orgullosa que es ...)

    Creo que se me estan alcarando las ideas: uno de los mendigos es mentor-padre adoptivo de Syna, no?? aunque sigo con algunas dudas ...
    Quiero que se reconcilien Gabrielle y Syna, por mi ya son hermanas. Que Gabi supere sus miedos.Si, es una bruja. Pero tiene que recordar que Syna la acogio y eso... NO LO HARIA UNA BRUJA PIRUJA!!

    Se echa en falta a Elybel, QUE SALGA DEL BOSQUE PITANDO, QUE SE PIERDE TODA LA ACCIÓN!!

    Quiero mas Koren+Gabi
    Quiero mas Mel+Crad
    Quiero mucho mas!!!

    P.D: sorry, por no comentar antes, pero estaba ocupada :$
    P.D1: Gabi,porque odias a Victoria de Memorias de Idhún??
    P.D2: Gabi, kiero ser del club de fans de Korielle!!!!


    Bueno, me voy antes de que me echen a patadas

    Xaoo, otro beso virtual!!!




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    Respuestas
    1. *______* ¡QUÉ CONTENTA ME PONES DICIENDO ESO! ¿Te dejó con intriga? Vaya :$ Me alegro MUCHÍSIMO de que te guste :'D <3 Lo de Mel y Crad... bueno, quién sabe e_e
      El encontronazo de Mel y Koren fue una cosa mía, porque dije: "Bueno, quiero que TODOS los personajes tengan relación alguna entre todos". Y los únicos que no tenían eran Koren y Mel, así que provoqué ese encontronazo en plan FLASHAZO. Pero no quería que hablaran, eso ya era demasiado (además, Mel no sabe hablar el idioma de ahí, y Koren no sabe el de los rebeldes, osea, el español). Sobre Gabrielle y Koren, ya han tenido muchas escenas, y era hora de dejarle un poco de sitio a alguna más xD ¿GABRIELLE ORGULLOSA? O_O ¡Esa es nueva!
      Mendigo... mentor-padre adoptivo de Syna... Hmmmm, puede... ê_ê

      ¡JO! JURO por lo que sea que Elybel VOLVERÁ.

      No te preocupes por no comentar antes, no importa :) La verdad es que me ha sorprendido tu comentario porque no te había visto antes O_o Me ha hecho mucha ilusión <3
      A ver... la mayoría de la gente odia a Victoria de MdI xD
      Otra que se apunta.

      Bye! Otro beso para ti! <3

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Muchísimas gracias por tu comentario :)