Miembros de la Séptima Estrella

jueves, 13 de septiembre de 2012

Segundo premio del concurso 50&5000 [RELATOS]

¡Buenos días! ¡Buenas tardes! ¡Buenas noches!

Aquí está Ana para anunciar quién es el ganador o ganadora del segundo premio del concurso 50&5000. La verdad es que estoy muy contenta con los relatos recibidos porque me ha gustado mucho el esfuerzo que habéis empleado. Quería daros a todos el primer premio, pero no puede ser, así que allá va.


EL SEGUNDO PREMIO ES PARA...
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*MÚSICA DE SUSPENSE*
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¡¡¡GABRIELA TORRES PERNAS!!!


¡¡Enhorabuena!!
Ha utilizado casi todos los personajes, creando una historia completamente distinta ambientada en Nueva York. Me ha encantado cómo ha jugado con las relaciones de los personajes y el toque pornosillo (cómo no, tratándose de Gaby) del final. Ya se lo dije a ella, pero lo vuelvo a repetir para todos: SE HA AUTOSPOILEADO INCONSCIENTEMENTE. En su relato está escondido un mini-spoiler que nunca comenté con nadie, y ella zaska, lo adivina sin saberlo (y por mucho que se esfuerza, no consigue encontrarlo tampoco). Está GENIAL. Aquí lo dejo:



No des nada por supuesto





Calle Bross Hathway, New York.
Cinco de la mañana.
Los papeles que reparten durante el día los jóvenes universitarios sin trabajo vuelan por las aceras opacas, llenas de sombras creadas por la mezcla de la infinita oscuridad nocturna y la luz de las pocas farolas que no se han fundido aún.
Se oye un forcejeo entre dos personas o más, seguido de un disparo que da en el blanco.
La carretera se tiñe de escarlata.
Coged los diamantes y nos largamos—ordenó una voz dura y femenina, guardando la pistola dentro de su gabardina sin expresión en el rostro.
La muchacha pelirroja se agachó palpando el cuerpo del muerto para encontrar la recompensa y una sonrisa de satisfacción se extendió por su rostro cuando llegó a las joyas.
Antes de levantarse, observó al hombre tirado sobre el charco de sangre y le apartó un mechón de pelo de los ojos.
Vaya...es una pena, ¡era guapo!—suspiró haciendo un puchero.
Deja tus fantasías para otro momento, ¿quieres Elybel?—gruñó Melissa quitándole el saquito de las manos.
Claro, alteza—bufó la elfa, colocándose bien el gorro de lana violeta para que no pudieran descubrir sus orejas puntiagudas.
Desde que habían acabado con el jefe de la mafia neoyorquina, Gouverón, todos habían conseguido un ascenso en la agencia de cazarecompensas y una buena cifra de dinero, pero hacía dos semanas que su jefa, Syna, había anunciado que se iba a retirar del negocio dejando a Melissa al cargo. Bueno, no era de extrañar, con lo que le había costado reclutarla querría tenerla bien metida en el trabajo. Así que la nueva jefaza de mirada azul estaba probando sus dotes de mando.
Será mejor que nos apuremos, creo que pronto tendremos compañía—dijo Crad echando un vistazo a sus espaldas. Tenía un brazo pasado por los hombros de Melissa, lo que acentuaba los nervios de punta de la pelirroja—Tengo la sensación de que nos vienen siguiendo...
Tenían que retirar el cadáver, así que Syna lo cargó a sus espaldas sin muchos miramientos y empezó a correr hacia la agencia, pero solo pudo dar unos pocos pasos, pues un tiroteo repentino los cogió por sorpresa.
¡Al suelo!—gritó Crad cogiendo a Melissa, que estaba a unos cinco metros por la cintura y poniéndola detrás de él.
Mientras estaba con la cara pegada al asfalto y saboreando las colillas tiradas y las huellas de coches, Elybel sintió una punzada de dolor al ver como a pesar de tenerla a ella más cerca, había ido directamente a proteger a otra.
Estaba tan enfadada que decidió descargar su rabia contra los atacantes, así que escapó sigilosamente por un lateral, a pesar de las advertencias a gritos de sus compañeros, para enfrentarse con ellos y si no era pedir mucho, cargárselos. Necesitaba desahogarse y algunos entrometidos policías locales le vendrían a pedir de boca.
¡Elybel, vuelve!—gritó Melissa, intentando ir a por ella.
Los autores del tiroteo se dieron cuenta del movimiento que había y dispararon hacia la elfa, obligándola a tirarse detrás de unas cajas de madera, raspándose las rodillas. Reprimió un gemido y sacó una daga de sus medias negras, buscando un buen punto de mira para dar en el blanco.
¡Quieta! ¡Ahora, venga, todos a dentro, YA!—gritó Syna, empujándolos para que se pusieran a salvo y con ellos, su valiosa carga. Miró un instante atrás y quizá fuera la confusión de la noche y la adrenalina, pero Elybel juraría haber visto una sonrisa dirigida hacia los disparadores—¡Vamos, maldita sea, moved el culo!
Otra voz contestó a lo lejos.
¡Los perdemos! ¡Corre!—gritó una voz femenina, saliendo de la nada y apoyándose con la mano en un extremo, saltó tres cajas y le cayó encima a la pelirroja, sorprendiéndose tanto ella como a la otra—¿Qué narices...? ¿Tú eres de...? ¡Agh!
Tuvo que callarse porque Elybel no perdió ni un momento y le puso su daga en el cuello, con una sonrisa de victoria. Analizó a su enemiga, asegurándose de taparle la boca con una mano para que no gritara y alertara a los otros que vinieron con ella.
Era una chica de ojos verdes y pelo castaño, recogido en una trenza de lado, como hacía ella, que la miraba con una ceja alzada, como si lo tuviera todo controlado y expresión divertida. Su mirada fue bajando y Elybel la siguió, hasta darse cuenta de que tenía una navaja pegadísima a su abdomen.
Te mataré antes de que...
¿Tú crees?—notó como una pistola le apuntaba en la parte trasera de la cabeza y no tuvo más remedio que levantar las manos, rindiéndose. La recibió un muchacho bastante joven para estar metido en ese mundillo, rubio con unos chispeantes ojos color hierba—¿Estás bien, Gabrielle?
¡Perfecta!—contestó la aludida, levantando un pulgar para certificarlo.
Elybel los asesinó con la mirada.
¿Se puede saber quién coño sois? Por cierto, me temo que no tengo los diamantes—siseó alzando ambas cejas. Eran bastante jóvenes, más que ella, o eso parecían, les echaba unos dieciséis años.
La chica llamada Gabrielle sonrió guiñándole un ojo con complicidad y se puso a hacer totalmente imprevisible que no venía a cuento para nada: rehacer la trenza deshecha de Elybel. Como si fueran amigas de toda la vida.
¿Qué crees que estás haciendo?—preguntó intentando parecer intimidante, pero estaba demasiado sorprendida para fingir bien.
Venimos a ver a mi madre, va a retirarse y necesita un sustituto—dijo alegremente.
¿¡Tu madre!? Espera—la miró de arriba a abajo—¿Syna? ¿¡Tú eres la sustituta!?
Gabrielle soltó una carcajada y negó, acabando de retocarle la trenza.
Qué va, solo que quería traer a mi chico, podrían secuestrarlo mientras camina por las calles a estas horas—puso un tono muy serio, mirándola fijamente—¿Acaso no has visto lo guapo que es? ¡Me olvidaba! Soy Gabrielle, encantada, y él es Koren.
La cabeza de Elybel daba vueltas y vueltas, intentando encontrarle una explicación razonable a un asunto tan disparatado. No tenía ni idea de que la jefa tuviera una hija, sabía que su pasado era bastante difuso, mas...¿y si era una trampa? Ahora que sabían que ella no tenía los diamantes, querrían entrar en la agencia para robarlos.
Y ahora, nos darás tu clave de acceso para poder entrar—sentenció el chico rubio, agarrándola bruscamente de la muñeca y posando al palma de su mano sobre el identificador de las puertas automáticas.
Al instante la entrada metalizada se partió en dos, abriéndose y dejando paso a una gran sala vacía, sin personal, el almacén donde se guardaban las armas que aún no habían sido probadas. Entraron los tres, Elybel con las manos sobre la cabeza obligada por los otros dos.
Tramó un plan mental en dos minutos. La chica era hábil y rápida, pero no muy fuerte, así que contra ella bastaría un poco de fuerza bruta y tenía de sobra. Sin embargo el otro parecía más peligroso y debería esforzarse más, dejarlo para el final.
Qué silencioso...
Por poco tiempo—gruñó la elfa, echando la cabeza hacia atrás y dándole un cabezazo repentino a Gabrielle que acertó en la nariz y se la torció.
La chica gritó de dolor y se llevó las manos a la zona afectada ahora sangrando, mientras que Koren sacaba dos pistolas de su cinturón y empezaba a perseguirla.
Elybel se arrancó un trozo de su camisa y lo enrolló en su mano derecha para después darle un puñetazo a una de las urnas de cristal que contenían las armas y coger lo primero que encontró: una metralleta.
No pudo evitar sonreír. Corrió y tiró de una patada una estantería llena de trastos inservibles, que hizo un efecto dominó y tiró las cuatro siguientes, creándole un muro de protección mientras preparaba su arma.
Gabrielle no había perdido el tiempo y también avanzaba, cubriéndole las espaldas a Koren, pistola en mano y cara de estar de muy mal humor.
<<¿Dónde están los demás? Deberían habernos oído con todo este barullo...>>
Elybel comenzó a disparar desde su segura posición y ambos chicos cogidos por sorpresa se tiraron al suelo, buscando un lugar donde ponerse a salvo, sin encontrarlo y disparando para intentar retenerla y sobrevivir por el máximo tiempo posible.
La pelirroja se quedó sin munición y Koren aprovechó para actuar con rapidez. Gabrielle le pasó un boomerang que su compañero cogió a la primera, lanzándolo apenas le rozó los dedos contra el techo.
Me temo que tienes muy mala puntería, querido—gritó Elybel, riendo.
Koren sonrió burlonamente.
¿Seguro?
Como respuesta a su pregunta, una gigantesca lámpara de araña que colgaba del techo cayó con la rapidez de un rayo hasta estamparse contra el suelo. Algunos proyectiles llegaron hasta la piel de Elybel, haciéndole cortes leves. Eran heridas sin importancia, pero escocían. Además, habían conseguido tener un escudo temporal contra los disparos.
Soltó una maldición.
El boomerang volvió y Gabrielle lo cogió al vuelo, lanzándolo sin dar tiempo a responder contra otra urna y cogiendo un bazuca.
<<Mierda, mierda, mierda, mierda>>
¡Eh, tú! ¿No éramos tan amigas, cariño? ¡Mejor deja eso donde estaba!
Uhm...¿tú qué crees Koren? ¿Lo dejo donde estaba?—preguntó la chica castaña poniéndolo a punto para disparar, justo contra ella.
Yo creo que no.
¿Has oído? Mi chico cree que no.
El bazuca volaría las estanterías, así que no tenía ningún sitio para esconderse. Solo le quedaba rendirse, por muy repugnante que le pareciera la idea. Siempre podía acabar con ellos más tarde, ni siquiera tenía los diamantes.
<<Pero puede que ellos crean que sí...>>pensó Elybel, teniendo una idea.
¡Eh! ¡Tengo lo que buscáis! ¡Así que ya sabes, si disparas, adiós con las joyas! Un boom y se acabó.
No hubo respuesta, pues fueron interrumpidos por unos aplausos provenientes de la parte de arriba. Una persona los observaba aplaudiendo posada sobre la barandilla de metal.
Sus ojos dorados brillaban impacientes.
¡Bravo, bravo! Realmente me he divertido con este juego, creo que ya es hora de que acabe. ¿No piensas lo mismo, Gabrielle? Veo que me has traído lo que te pedí...
Madre—contestó ella, apartándose un molesto mechón de pelo de los ojos y sonriendo. Dejo por fin el bazuca en el suelo y se adelantó. ¿Debía cargársela ahora o era en serio la hija de Syna?—Sí, aquí está tu hombre. Pero no hemos conseguido robar los diamantes.
La causante de todo aquel jaleo bajó las escaleras sin prisa, charlando.
No te preocupes, fue suficiente. Os hice viajar de Arabia hasta París, ir hasta el Amazonas en un vuelo turista que sufrió un atentado y de allí hasta Londres, para luego venir aquí. Completásteis todas las etapas de la prueba con resultados sobresalientes y he podido ver los progresos de Koren, está más que preparado para compartir el mando con mi otra elegida para sucederme—miró a Elybel, que estaba atónita—Esta es mi hija, Gabrielle, la cual a pesar de haber sido entrenada desde que nació, ha decidido no seguir mis pasos y dedicarse al periodismo. Y su novio, Koren, que será tu jefe junto a Melissa hasta que llegado el momento, decida cuál de los dos será el definitivo. Ahora puedes irte, date un baño caliente y duerme un poco, que te hace falta. Mañana tendrás tu parte de la recompensa.
Elybel se levantó y asintió, aún bastante confusa y con la horrible idea de haber podido matar a la hija de su jefa rondándole la mente. Echó un último vistazo a los dos jóvenes que sonreían orgullosos, pero cansados y les dio la espalda, marchando hacia los baños de la segunda planta.
Antes de poder llegar a ellos para limpiarse las heridas y magulladuras, se encontró por el pasillo a dos personas que en ese momento no tenía ningunas ganas de ver: Crad y Melissa.
La empezaron a atosigar a preguntas sobre si estaba bien, qué había pasado allí abajo o mil tonterías más, hasta que ella se los sacó de encima, también curiosa.
¿Sabíais que Syna tiene una hija? Y vamos a tener un nuevo jefe, es increíble...
Los dos se miraron entre sí, cómplices y luego la miraron a ella.
En realidad...—dijo Crad—sí lo sabíamos.
Elybel tardó un poco en procesarlo.
¿Cómo? Espera. ¿Y porqué no me contasteis nada?—preguntó dando un paso hacia atrás.
Bueno, yo tampoco lo sabía hasta que Crad me lo contó—dijo Melissa encogiéndose de hombros para restarle importancia y tranquilizarla.
Por supuesto, eso fue un detonador de la bomba.
Elybel clavó sus ojos verdes en Crad, fulmiándolo con la mirada y señalando a la otra chica.
¿Se lo cuentas a ella y a mí no? ¿Desde cuándo nos guardamos secretos?
Ely, es distinto...tú estabas siendo puesta a prueba por Syna, quería comprobar tu nivel y, créeme cuando te digo que lo has hecho genial, ¡está contentísima contigo!—sonrió el muchacho de dulce mirada color chocolate, abriendo los brazos como si estuviera preparado para recibir un gran abrazo de oso—¿Ely?
Yo estaba siendo puesta a prueba...—notó un escozor en su interior y apretó los puños, bajando la mirada—Mientras que ella, con mucha menos experiencia, va a tener el poder de darnos órdenes a todos.
Melissa es una Enviada...—razonó Crad, rozándole un hombro, pues al mínimo contacto, Elybel se separó, molesta.
¿Enviada? ¡Y un cuerno! ¡Es una persona, Crad! ¡Cómo tú o como yo! ¿Qué tiene de especial?—gritó furiosa, pestañeando rápido para que los ojos pararan de humedecérsele—Aunque supongo que depende de con qué ojos se la mira, ¿no? Y con las veces que tú lo haces por día, debe ser casi una diosa.
Dio media vuelta y se marchó, sin pasar por los baños, directa a su dormitorio, dejando a los dos atónitos sin saber qué decir. Melissa quiso ir tras ella, pero Crad la frenó.
Elybel entró en su cuarto y cerró de un portazo, tirándose a la gran cama de colcha granate, con ganas de derramar lágrimas de furia contenidas y ganas de patear sacos de boxeo.
Un minuto más tarde, con la cara enterrada en la almohada y sus ganas de matar aminorando, la puerta se abrió y se cerró una segunda vez, mucho más silenciosa.
Reconoció su olor y apretó aún más la cara contra la suave almohada blanca. Era un olor con el que llevaba años soñando despertarse. Y eso había sido durante tanto tiempo, un sueño.
Márchate. Quiero estar sola.
¿Por qué odias a Melissa?—susurró Crad y Elybel sintió como se sentaba en la cama, muy cerca de ella y su espalda rozaba la suya.
¿A eso has venido? ¿Para darme lecciones morales?—gruñó—No la odio. Claro que no la odio, ni si quiera me cae mal. Es algo brusca a veces, pero valiente, fuerte y buena persona. ¿Por qué demonios iba a odiarla?
El contacto de sus dos cuerpos incluso con una espesa colcha en el medio, hacía que el corazón de la elfa palpitara con fuerza.
¿Entonces a qué viene comportarse así con ella? Melissa no eligió ser una Enviada, ni tampoco ser la sucesora de Syna.
Elybel, harta de oír tanto el nombre de otra chica cuando él estaba sentado a su lado, en su cama, se incorporó de golpe, girándose y mirándolo a los ojos, temblando por lo que estaba a punto de decir.
¿De verdad vas a seguir hablándome de ella a pesar de haber entrado en mi habitación a estar horas de la noche cuando estamos los dos solos?—Crad la miró con los ojos muy abiertos, como si no comprendiera y Elybel perdió la paciencia—¡¿Has estado tan ciego durante todo este tiempo para ver lo mucho que me gustas?!
Yo te...yo te...—tartamudeó Crad, incrédulo.
Elybel puso los ojos en blanco.
Sí, claro que sí, tonto. Pero tranquilo, sé perfectamente que estás enamorado de ella. Y espero que no sea mucho pedir, mas te agradecería que no vuelvas a preguntar por qué soy así con Melissa, porque no es su culpa, ni la mía, ¡es toda tuya! ¡¿Y sabes qué más?! ¡En realidad eres tú el idiota y...!—cogió aire para seguir echándole la bronca y antes de que pudiera continuar, unos labios la callaron empotrándose contra los suyos en un beso torpe y muy, muy tierno.
Cuando se separaron, Elybel lo miró sin acordarse de qué iba a decir, así que fue Crad quien tomó la palabra. Le pasó una mano por la nuca, obligándola a acercarse a él hasta que sintió su aliento en el cuello, murmurando contra él y dando ligeros mordisquitos entre cada palabra que obligaron a la pelirroja a tener que agarrarse a las sábanas.
No me gusta. Quiero decir, sí me gusta—Elybel bufó dejándose besar—No de esa forma. Ninguna chica me ha gustado nunca de esa forma...románticamente. Con una única excepción.
Elybel le dejaba hablar mientras con las manos exploraba un mundo nuevo: su piel. Recorrió despacio a la vez que con ansia el contorno de los músculos de su espalda de piel morena, quitándole la camiseta y dejándolo con el torso desnudo.
Crad paró de hablar de repente al adivinar sus intenciones y se lanzó encima de ella. Ely soltó un pequeño gritito, sorprendida por la repentina pasión del muchacho. Chocaron contra el cabecero, pero no hubo dolor porque él pasó sus brazos por detrás de ella. Al impactar contra la madera mientras sus labios aún seguían juntos, el cuerpo de le elfa fue empujado hacia el del chico, torso contra torso, fundidos en uno.
¿Por qué yo tengo tan pocas capas de ropa y tú tantas?—preguntó Crad en un murmullo, deslizando la cremallera de su traje de una sola pieza hacia abajo, hasta llegar a los muslos y dejarle la espalda al aire.
Eso es fácil de arreglar—contestó Elybel con una sonrisa pícara.


Tras una noche larga, muy larga, finalmente llegó la luz de un nuevo día.
El día en el que Elybel se encontró con un aroma familiar al despertar, y cuando abrió los ojos, la dulce cara del hombre al que había amado durante toda su vida la recibió con una sonrisa y un beso en los labios.
La colcha roja estaba tirada en el suelo y una ligera sábana los cubría sin muchos resultados. Tenían las piernas entrelazadas y ni una sola prenda de ropa encima, a parte de su propia piel.
Le devolvió la sonrisa.
Buenos días, princesa—dijo Crad juntando su frente con la de ella.
¿Te he dicho alguna vez que hueles a canela y bosque?—susurró como respuesta, acurrucándose contra su pecho.


* * *

Su blog es http://1cronicasdelsubmundo.blogspot.com.es/ y ya va por el segundo libro: http://2corazondefuego.blogspot.com.es/. El primero me lo leí de cabo a rabo, y voy por el segundo tal cual sube. Esta historia la RECOMIENDO PLENAMENTE porque es inigualable. Personajes intensos, misterio a tutiplén, amor, amistad, sadismo y engaños... ¡La de lágrimas y risas que he soltado! ¡ESTÁIS TARDANDO EN ENTRAR! Aquí os dejo la sinopsis (del primer libro):

"Hay cientos de lugares a los que ir, pero de todos ellos, Scarlett tuvo que elegir el Submundo. Un lugar frío y tenebroso con misterio y pasados ocultos, peligros y aventuras... Al menos, no está sola. Ahora es una Guardiana y la acompañan sus compañeros de equipo, sus amigos y ese chico de sonrisa burlona rodeado de misterio. Sin embargo, no todo son buenas compañías. Las apariencias engañan y un oscuro enemigo acecha pacientemente..."


TUENTI: Mis Historias Fantásticas






RECUERDO A GABY QUE, COMO PREMIO, PUEDE ELEGIR UNA ESCENA PARA QUE OCURRA EN EL LIBRO. Hablaremos por tuenti.
Si quieres renunciar a algún premio, comunícamelo por privado en tuenti. 

2 comentarios:

  1. KSHGOLDGHJLDBGVKLSJFHJSRNBGJLFSNHRKJLNHKEJNHBLFSNGJBGKRWBGJLASDBGJKLBAEKJLGBASDLZKJVBSKJDRSKLBGSLDBGKSJDBGKSJDBGFADKLÑGFNSJBGJÑSDLJHKÑSDJALEHGÑLRSKJNHLDFHNDFLDFGKLSDFNHJDLFKJNHDKLHJKLSFJGHLSKFHLDKFH

    OHHHHHHHH MYYYYYYYYYYY GOOOOOOOOOOOOOD *A*
    KYYYYYYYYYYYYYYYAAAAAAAAAAAAA Corza, te adoro, muchas gracias por darme el 2º premio, agghh, eres tan dngksjdfbngkhd <33 tú ya me entiendes.
    Me he releído el relato por quinta vez y tengo teorías sobre mi auto-spoileación ò_ó

    Sobre los premios, ¡JÁ! Cuenta que renuncia¬¬ vas a tener que hacer esa escena, tengo que pensarla bien, pero ten por seguro que casi fijo será pornosa è_é *Viva el MODO perver*

    Ya me leí el relato de mi preciosa Makeup también, el cual me encantó *A* Y estoy totalmente de acuerdo con que ganara. ¡¡ADEMÁS EL PERSONAJE QUE SALIÓ FUE GABRIELLE!! KYYAAAA ME EMOCCIONÉ XDDD
    Y Arya es el nombre de mi PJ favorito en Juego de Tronos :'D Awww

    Un beso enorme corza, se te adora *-*
    ¡¡Sube nuevo capítulo!!

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  2. GABYYYYY! (L)
    ME HA ENCANTADO TU RELATO!!! :D
    Cradwerajan y Elybel se van a casar (8) *canta mientras baila dando vueltas en círculos*
    Ely es taaaaan preciosa *-* (Al menos en esta historia se queda con Crad ¡YES! (Es que en la otra quiero que se forme el Melarajan >.<))
    Lo que me he podido reír al imagnar a Syna de "capo" de Nueva York xD (Aunque no le queda nada mal)
    Adoré el final, tendrías que haberme visto olisqueando la pantalla del ordenador xDD
    ¡Y salen casi todos los personajes! (menos Senlya y Bowar, de lo cual me alegro enormemente *.*)¡¡Y Gabrielle está con Koren!! (Oficialmente, porque si no acaban juntos en la historia mataré a alguien ¬.¬ y no miro a nadie *mirando fijamente el perfil de Ana*)
    Mmm... ¿con que spoiler, eh? ò.ó ¿Será la escena pornosa de Elyrajan? ó.ò (es así la pareja? jeje los nombres no son lo mío *yaoming*)
    Tu relato es fantástico! ^-^

    ¡¡¡QUIERO VER ESA ESCENA PERVER!!! *O* Jajajaja


    Por cierto, me alegro de que te gustara mi relato *-----*
    Iba a poner a Ely, pero luego pensé en que la orejas de elfo en París destacarían un poco y deseché la idea ñ.ñ ¡Y como Gabrielle me encanta!
    Es tu personaje favorito??????? :D Choca esos max!!! xD (lo siento me quedó de cuando veía LMWP >.<) También es el mío *.* Aunque aún no me h leído los libros, me encanta la serie Ü <333

    Un beso enorme! (K) <3

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Muchísimas gracias por tu comentario :)